
Así que, si me preguntan por la película de Heston que prefiero, yo elegiría Cuando ruge la marabunta (1954). Su director, Byron Haskin, siempre se desenvolvió más en el campo de los efectos especiales, y salvo su versión de La guerra de los mundos, rodada el año anterior, poco más tiene de destacable. Pero aquí dio en la diana. O pudo ser el guión de Ranald MacDougall. O la química entre Heston y Eleanor Parker. O todo junto. Pero a mí esta película me sigue pareciendo una obra irreprochable, redonda, perfecta. Algunos la han considerado como una antecesora de las películas de catástrofes que tan populares fueron en los setenta (Heston intervino en algunas porque, como él mismo reconoció, “trabajábamos solo unos cuantos días por un cheque de siete cifras”) por aquello de que al final la Marabunta del título se dispone a papeársele a Heston toda la plantación (en la censuradísima España de los cincuenta, cuando se estrenó, dio pie al chiste popular de “Pues yo la he visto en París. ¡Y en lugar de hormigas eran putas!”), pero es mucho más que eso.
Pocas veces he visto una historia igual. Leiningen, ese dueño de una plantación, duro como el pedernal, que concierta una boda por correo con una mujer a la que nunca ha visto. Cuando esa mujer, Joanna, llega a la selva él la rechaza al enterarse de que es viuda y, por tanto, ha conocido antes a otro hombre. Heston llena la pantalla con un machismo magnético, brutal (hay incluso un intento de violación), pero ella no se queda atrás, le planta cara y acaba sacando todo su miedo, toda la debilidad que lleva toda su vida ocultando tras esa fachada de animal. Y entonces, de verdad, se enamoran. Si Heston interpreta aquí a un macho con todas las de la ley, Parker crea una mujer con todas las letras, una mujer ante la que hay que quitarse el sombrero. Y los dos están como para hacerles la ola desde el patio de butacas.
De hecho, la historia de amor entre sus protagonistas tiene tanta fuerza, que al final cuando llegan las hormigas, a lo que parece que vienen es a incordiar. Que de verdad, que no hacían falta, que estábamos completamente absortos en la historia de esos dos personajes, y que si al final se hubieran ido a la plantación de al lado, pues casi mejor. Y si no, pues leñe, que Leiningen se hubiera comprado un bote de Cucal, y asunto arreglado.
5 comentarios:
Lo curioso y lamentable de esta peli es que, al menos hasta hace un año, no existe versión widescreen. El DVD es full screen, y, cuando hace dos años hablé con la distribuidora, no tenían si quiera un master correcto. Cutrez...
Magnífica entrada, un disfrute leerla.
Esto es lo primero que hago por la mañana Vince, entrar en su blog, y alucinar con lo poco que sé de cine, y con lo mucho que sabe usted. ¡Tengo ya una lista infinita de películas por ver!
Estoy como Le blog!
La lista por su culpa se va agrandando y agrandando....
Por cierto. Aquí en mi tierra, tenemos un cineclub, y cada semana alguien elige una película para ver y llevar.
Llevamos un par de buenas semanas.
Con Together y con Mi pie Izquierdo.
Y ahora voy a intentar sorprenderles a todos.
Había pensando, en.. Un cadáver a los postres.
Pero me gustaría una recomendación suya.
Un saludo.
Quizas esta? De las hormigas "putas" :)
"Un cadáver a los postres" está bien, Ardura, sobre todo si uno conoce las distintas figuras de la novela policiaca a las que parodia. ¿Qué le parece probar con "El guateque"?
Yo la de la marabunta la recomiendo encarecidamente, pero ya ha visto lo que ha escrito más arriba Paco Fox sobre su DVD; de todos modos, puede valer la pena. Y si no, busque otra maravilla de Heston, "El señor de la guerra".
Publicar un comentario