miércoles, enero 30, 2008

Goyescas


Hoy tengo un poco de lío, así que voy a ser breve. Parece que este domingo vamos a tener de nuevo el placer de gozar de José Corbacho presentando la gala de los Goya, durante la cual, no cabe duda, volverá a dejar abundantes muestras de su finísimo humor inglés (“¡GUILLERMO, QUE CHINGES MUCHO ESTA NOCHE, JUA, JUA, JUA!”, fue una de las perlas de la pasada edición). Más allá de la puntería de la Academia en su elección de presentador, quisiera hacer dos preguntillas:

1. La elección de Corbacho como presentador de la gala se hizo, si mal no recuerdo, la semana pasada. ¿Debemos entender que la ceremonia se prepara apenas con quince días -como mucho- de antelación? Lo digo porque la ceremonia de los Oscar comienza a cocinarse meses antes, y las ocho últimas semanas son de trabajo frenético. Si hay tanta diferencia entre el tiempo invertido entre una y otra, la verdad es que se comprenden muchas cosas.

2. Si los premios Goya -como los Oscar, los Globos de Oro o cualquier otro galardón cinematográfico- tienen como fin principal promocionar las películas premiadas -y les aseguro que ese es el objetivo, y no otro- ¿Cómo es posible que aún no estén disponibles en DVD ninguna de las principales candidatas? Ni El orfanato, ni Las trece rosas, ni siquiera Luz de domingo.

3. Bueno, dije que eran dos, pero hay va otra de propina. ¿Algún motivo por el cual este año tampoco va a haber números musicales? ¿Queda hortera, queda cutre, ellos van a otra cosa?
Tres preguntas que, si me lo permiten, se resumen en una: ¿Es que estos chicos no van a aprender nunca?

5 comentarios:

Lego y Pulgón dijo...

No sé la respuesta a ninguna de sus preguntas, Don Vince. Hay muchas cosas que no sé. Pero también hay cosas que sé.
1. Corbacho no me hace gracia.Ninguna.Nunca.
2. En España, los artistas (al menos, los artistas más presentes en los medios de comunicación) parace que se sienten obligados a ser más "progres" (y antiamericanos, por Dios, qué creías) que nadie, y eso impregna todo lo que hacen, incluída la fiestita de los Goya. Me parece ridículo y hasta un poco ingenuo ese horror a que se relacione los Goya con los Oscar. Si yo fuera actriz y el Genio de la Lámpara me concediera un deseo, lo tendría claro: prefiero un Oscar que diez Goyas. Aunque sólo fuera por los fiestones posteriores.

Anónimo dijo...

Bueno, su entrada sobre LA COSA ESA se comenta por si sola. Ya algunos a proposito de otra entrada, se despacharon a gusto. Hala, a ver si animamos esto y acabamos con la farsa y se acaba, sin dudar, si no vamos jamás a una película española (bueno, salvando las de los dos directores que quedan sabiendo qué hacer con una camara y alguna actriz, si es que existe, que no se limite a decir cada dos minutos joder y quitarse las bragas con devocion). Quedan las subvenciones, pero esa es otra historia, política, de la que no hablamos. ¿Para qué?.

Lego y Pulgón dijo...

Hombre, aunque pudiera resultar un poco repetitiva y pesada (este tema SEGURO que ha salido cientos de veces), a mí el cine español no me parece malo, al menos no así, por definición. Que alguna película he visto que me ha gustado, y pienso ver "El Orfanato" y "Los crímenes de Oxford" (hay que ver cómo ha crecido Frodo, no me hago a la idea de verlo con zapatos).
Pero, Anónimo, tiene usted toda la razón acerca de los tics de algunas actrices españolas respecto a ropa interior y vocabulario.

Anónimo dijo...

La Gala siempre me ha parecido horrorosa y Corbacho, un enchufado. Sólo así se entiende que nos dé la matraca de nuevo, con su humor sin gracia, sin imaginación y sin inteligencia.

Y para estimular el cine español, yo propondría hacer una gala paralela al estilo de los "razzies" en USA, con las peores películas españolas. Claro, que sería facilísimo: casi todas.

Vince dijo...

Vidal, esos premios que usted dice ya existen: busque en Internet "Premios Godoy".

Respecto al resto de los comentarios, quisiera decir que no creo que boicotear al cine español sea la mejor solución; hurgando se encuentran películas apreciables, buenas interpretaciones. De todos modos, falta cohesión en el conjunto. Cuando aquí se critica al cine español, yo por lo menos lo hago no con la idea de cargármelo, sino con la esperanza de que mejore.

Pero una cosa es el cine español y otra la gala de celebración, que queda siempre como una reunión de amiguetes encantados de sí mismos.