Bueno, pues se retira. La verdad es que lleva amenazando con hacerlo bastante tiempo, y cada vez que lo dice acaba asomándose de nuevo a la pantalla y regalándonos otra nueva interpretación. Sin embargo, parece que ahora la cosa va de veras. En los primeros días de este blog, ya metí alguna entrada sobre Paul Newman, pero si tuviera que resumir su figura recurriría a una antigua frase de autor desconocido (al menos, para mí): “Una estrella de cine es alguien con quien el sexo opuesto querría irse a la cama y con quien su mismo sexo querría tomarse una copa”.
De Newman hay muchas referencias en los libros del guionista William Goldman, que trabajó con él en varias ocasiones. Lo define como “la menos estrella de las superestrellas con las que he trabajado”, y recuerda como durante el rodaje de Dos hombres y un destino, mucha gente de su equipo le avisaba de que ese joven actor llamado Robert Redford le estaba robando demasiados planos, tenía demasiada presencia en la película. Cualquier estrella de Hollywood a la que le digan algo así se le encenderá a luz roja, porque todos están obsesionados con el protagonismo absoluto, y hará valer su peso para que se aumente su presencia en la cinta… o para que se reduzca la del otro actor. Newman nunca hizo nada de eso. Estaba seguro de sí mismo, y el protagonismo de otros actores no le preocupaba.
Y en cuanto a su atractivo, recuerdo una anécdota que contaba un editor de revistas hoy felizmente jubilado (felizmente para los que tuvimos el infortunio de trabajar con él, o con algún subordinado suyo, quiero decir): que la revista People, cada vez que tenía que subir su precio, sacaba a Newman en la portada. Sabían que el magnetismo de esos ojos azules actuaría como imán irresistible para los lectores, a los que no les importaría empezar a pagar un poco más si a cambio se llevaban a Newman a casa.
Por cierto, les sonará raro, pero a mí nunca me ha gustado mucho Dos hombres y un destino. Está bien, eso sí, pero… de sus películas, prefiero de lejos El golpe. Y, como su mejor interpretación, me quedo con El buscavidas, de Robert Rossen. Sin olvidar aquella gansada ambientada en el mundo del hockey sobre hielo que se llamó El castañazo y con la que siempre me he muerto de risa, precisamente, por lo bruta, brutísima que es.
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5 comentarios:
Comprendo que su blog es un blog serio, pero no me ponga esas fooooootos!!!!
Pues yo opino lo contrario. ¡Más fotos! ¡En distintas poses! ¡Con ojos abiertos y cerrados! ¡Jóven y viejo! ¡Anunciando salsas o castigando con la mirada a Liz Taylor!
Aunque a usted, seguramente le importe un bledo (francamente, querida), lo más bonito de Paul Newman es su boca, no sus ojos. Y que nunca lo recuerdo como un actor, sino como cada uno de sus personajes. Aunque no sé si eso es bueno o malo. Hummmm...
En qué quedamos, People o Life?
Bueno no hay que ponerse trágico porque a blanche o lego les guste Newman. No son las únicas, porque ¿recuerdan ustedes aquel horror de película que se llamaba "Emmanuelle" en la que una de las que salían por allí se masturbaba tranquilamente (o sin tranquilidad) mirando una foto de Newman?. Es un señor de éxito total entre hombres y mujeres, porque aparte de que sea una belleza inconcebible o algo así, es un gran actor casi siempre. Ha participado en películas "alimenticias" y en otras francamente malas, pero lo salvan 3 o 4 verdaderamente grandes, entre las que están (Vince lo dijo y bien) "El buscavidas" sobre todo - ay aquellos guiones, aquellos secundarios de lujo -, "El golpe" y en mi opinión "La gata ...", una obra maestra, eso entre otras.
Al animo de la 1:32: ya aclaré en otro post que tuve una desafortunada metedura de pata y que la revista en cuestión era, en efecto, People. Tras mantener la aclaración unos días, he metido la corrección. Sorry.
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