Parece que se han cargado al Capitán América. Por lo menos, en el último número de su colección le acaban de pegar un tiro y se dice que en los próximos meses tratarán de las reacciones que en el universo Marvel se producen como consecuencia de la desaparición de personaje tan emblemático. Es decir, el mismo truco que DC Comics empleó en los años 90 con Superman, y con idéntica finalidad: subir las ventas. Pero es algo dudoso que esto vaya a funcionar de nuevo. Lo que cualquier lector de comics aprende en cuanto tiene un poco de rodaje, es esta verdad inmutable: en los tebeos de superhéroes nunca muere nadie. Siempre hay resurrecciones, dobles, hermanos gemelos, robots, clones o todo junto dispuestos a solucionar lo que parecía una situación irreversible.
A veces lo que contribuye a subir las ventas de una colección es una película. Pero el Capi no se ha beneficiado demasiado de la fiebre por llevar al cine a todos los superhéroes que se pongan a tiro. Segundones como Blade o el Motorista Fantasma lo han logrado; este año llegan nuevas entregas de Spiderman y Los cuatro fantásticos (que, para mí, ha sido siempre el grupo de superhéroes más inaguantable de la historia), y el año que viene, un nuevo Batman, la primera del Hombre de Hierro y, quizá, Hulk II. Pero nada de Capitán América. Quizás es que un personaje que se pasea por ahí con la bandera yanqui en el traje y en el escudo correría el peligro de no ser demasiado popular entre según qué público. Aunque justo es decir que, en los años que llevo leyéndole, nunca le he visto derrocando gobiernos en Sudamérica o torturando iraquíes: él a lo suyo, que son los nazis (¡Todavía!) o los científicos megalómanos sin más ideología que destruir o dominar el mundo, según gustos.
De todos modos, sí hay una película sobre el Capi, filmada en 1990; lo que ocurre es que es de esas tan malas que da risa verlas. Aunque había en ella un par de aspectos curiosos: el primero, el villano, el científico nazi conocido como Cráneo Rojo, no aparecía con el uniforme y la máscara con los que durante años le hemos visto en los cómics, sino con traje cruzado y un pelo engominado que le hacían parecer un Mario Conde con viruela… y el segundo, el actor que encarnaba al Capitán: Mark Salinger, al que hemos visto recientemente en 24, y que tiene como particularidad ser hijo del escritor J. D. Salinger. Con un niño que hace esas cosas, no me extraña que el padre haya decidido no dejarse ver demasiado.
Claro que Spiderman también conoció unas adaptaciones super cutres, y ahí le tienen, triunfando. ¿Tendremos algún día película con genuino sabor americano?
jueves, marzo 08, 2007
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2 comentarios:
Qué curioso, el huidizo Salinger con un hijo actor. Menos mal, así se libra de ser "hijo de" y de los estigmas sobre ídem.
Hola, según tengo entendido, hay un guión escrito sobre la película. Este está escrito por David Self (Camino a la perdición). No estoy muy seguro, pero sí existe el proyecto de una película sobre este tan mitíco heroe donde los haya.
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