domingo, enero 07, 2007

Física teórica


Entre la avalancha de películas con que la televisión ameniza estas fiestas tan señaladas (y felizmente terminadas, gracias a Dios), Cuatro emite la trilogía de Regreso al Futuro. Vuelvo a verla y confirmo mi opinión de que la primera película está muy bien, la segunda no tanto, y la tercera es una decepción. Pero no es tanto por razones cinematográficas como científicas.

Los fallos de Regreso al futuro radican en que los propios guionistas utilizan mal todas las variantes temporales que ellos mismos han abierto, y que se han explotado numerosas veces en otras incursiones en la ciencia-ficción. A ver si me explico: se supone que, en el caso de que fuera posible viajar al pasado (y no lo es), cualquier acto que uno cometiera allí podría cambiar todo el desarrollo de los acontecimientos futuros. Es lo que le sucede a Marty McFly (Michael J. Fox), que está a punto de hundir el matrimonio de sus padres, poniendo en peligro su propia existencia. Cuando lo soluciona, vuelve al presente, pero a un presente muy mejorado del que dejó atrás, donde su padre deja de ser el pringado que era al principio de la historia, para convertirse en un escritor de éxito.

Sin embargo, de repente aparece Doc Brown (ese maravilloso actor que es Christopher Lloyd), y le avisa de que tienen que viajar al futuro, porque, aunque a Marty y su novia “les va bien”, “hay que hacer algo con vuestros hijos”. Fin de la primera parte. Comienzo de los problemas.

El principio de la segunda parte muestra cómo se rompe la lógica interna. El Marty del futuro, del año 2010, vive prácticamente arruinado y encima le echan de su trabajo. ¿No habíamos quedado en que las cosas le iban bien? Y luego tenemos el fallo principal: si pudiéramos viajar al futuro (y eso teóricamente es más posible) y nos viéramos a nosotros mismos dentro de veinte años, ¿nuestro yo del futuro no sabría en qué fecha concreta va a ser visitado por su yo anterior? Sin embargo, el Marty de 2010 no lo sabe. ¿Conclusión? No es la misma persona.

No pretendo dármelas de original. Los fallos de la trilogía ya fueron puestos en evidencia por la revista Starlog, en un artículo que todavía conservo (me encantaría colgarlo aquí, pero es que es larguísimo), y tienen que ver con el tema argumental más explotado de la segunda parte: la creación de realidades alternativas. Según esta teoría, al interferir en el desarrollo de una línea temporal, el futuro no queda anulado, sino que se abre una nueva realidad donde los acontecimientos se suceden de otro modo. Por eso el Marty del futuro al que visita el Marty del presente no tiene idea de que va a entrar en su casa su yo del pasado. Por eso al final de la segunda película tenemos a dos Marty McFly en 1955. Y por eso, después de tanto viaje, lo lógico sería que hubiera no menos de cuatro Delorean, con sus correspondientes ocupantes, circulando por distintas épocas y realidades. Sin embargo, la tercera parte apenas utiliza estas posibilidades, siendo prácticamente una repetición de la primera, sólo que trasladando los chistes y situaciones al lejano Oeste. Del resto de futuros y pasados paralelos creados en las dos pelis anteriores, apenas queda rastro.

Un amplio resumen de la línea temporal de regreso al futuro puede encontrarse aquí. Hoy esto a lo mejor ha quedado un poco rollo, pero como por aquí se pasa de vez en cuando algún científico de otro… si quieren aportar su granito de arena soy todo oídos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Por alusiones indirectas...
A mi la primera me gustó mucho. Además, es la manera de llevar a la pantalla la "paradoja del matricidio" de los viajes en el tiempo. La forma de resolverlo desapareciendo poco a poco... bueno, es por darle dramatismo al asunto entiendo.
En las otras dos secuelas se pasa más de la física. Respecto a las realidades alternativas (mejor dicho, universos paralelos), que es una de las hipótesis explicativas al problema de la medida en mecánica cuántica (algo bastante oscuro de por sí), se supone que cada vez que el mundo subatómico se encuentra ante una alternativa (¿elegiré el jersey rojo o el verde?), el universo entero se escinde en dos y en uno escoges el verde y en el otro el rojo. De este modo hay que entender los dos pasados de McFly ante el hecho de la torta del padre en la primera película. Por cierto, una obre donde se explora todo esto es Universo de Locos del inimitable Fredrick Brown.
Por cierto, los errores de Regreso al Futuro se quedan en nada con el error de base de Terminator porque...
MAS

Vince dijo...

MAS,(¿Artur?) es justo lo que intentaba decir en mi entrada; aunque las películas entran a saco en el tema de los universos paralelos, luego no son capaces de seguir la lógica interna que ellas mismas han creado. Por cierto, no sea malvado y acabe con eso de Terminator... que aquí las colaboraciones no se pagan, pero se agradecen.

Anónimo dijo...

En Terminator el error de base es que la prueba palpable de que el cyborg falla en su misión es que debe ser enviado al pasado. Porque si hubiera triunfado, no habría hecho falta mandarlo desde el futuro porque el líder de la revolución no existiría...
Mas (Sabadell)