
En 1939, Wyler Rodó Cumbres borrascosas, protagonizada por Laurence Olivier y Merle Oberon. Para el tercer papel en importancia quería a David Niven, pero éste, que había trabajado antes con el director en Dodsworth, no estaba dispuesto a repetir aunque ello le supusiera quedar suspendido de empleo y sueldo por la productora de Samuel Goldwyn, que le tenía bajo contrato. Una tarde, Wyler le llamó a su casa y le invitó a cenar a Chasen’s, uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Allí le preguntó directamente por qué rechazaba el papel, cuando era uno de los actores que mejor podía representarlo. Niven se sinceró:
- Willie, de verdad, te quiero mucho, y me encanta estar aquí contigo, pero cuando se trata de trabajar, eres un verdadero hijo de puta.
Wyler se echó a reír, y le prometió que había cambiado, que eso era cosa del pasado, que la película iba a ser fantástica y Niven iba a estar genial en ella. Éste se ablandó. La noche antes del rodaje, volvieron a cenar, lo pasaron estupendamente, y se despidieron con un abrazo. El director le recordó a Niven: “No te preocupes. Te divertirás... He dejado de ser un hijo de puta”.
A la mañana siguiente, Niven tenía que rodar una escena con Merle Oberon en la que llegaban en calesa a la entrada de la casa. Tras parar los caballos, ella le decía: “Entra, Edgar, y toma una taza de té”. A lo que él contestaba “En cuanto haya amarrado los caballos”.
Nada más decirlo, se ganó una bronca de Wyler. Mal, muy mal. Había que repetir la toma. Volvió a pasar lo mismo. Una vez más. En total, Niven calcula haber hecho la escena algo más de cuarenta veces, hasta que Wyler dijo por fin: “Bueno, si esto es lo mejor que puedes hacer, habrá que quedarse con la primera toma”. Entonces el actor le preguntó:
- Willie. ¿Te acuerdas de la cena de anoche?
- Sí, me acuerdo. ¿Y?
- Sigues siendo un hijo de puta, ¿verdad?
- Sí... ¡Y pienso seguir siéndolo durante catorce semanas!
2 comentarios:
¿Cómo es que no había encontrado antes este sitio?
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¡¡Qué cabroun!!
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