Todos tenemos amigos así. Nos dan la brasa sin piedad sobre algún tema del cual te aburre discutir (sobre todo con ellos): tú eres del Madrid, él del Atleti. A ti te gusta Alonso,a él Schumacher. Tú blanco, él tinto. Tú oyente de la SER, él amigo personal de Federico... Como decíamos en el cole, más plastas que un bocata de chicle. Y cuando estás a punto de decirles que se compren un duro de bosque y se pierdan (otra feliz expresión de tiempos escolares) te regalan dos libros de cine que les han llegado, “por si te sirven”, y consiguen que se te olvide todo. Muy agradecido a ya sabe quién.
Estos van sobre Orson Welles y Marlene Dietrich, y los publica Ediciones Tutor. No están mal, aunque pecan de poco texto, mucha foto, y escasas novedades a lo ya publicado sobre ambas figuras. Repaso el de Welles, concentrándome en mis películas favoritas. No Ciudadano Kane, que ésa es la fácil, sino Sed de mal, Fake y su relativamente olvidado Macbeth. Las notas sobre sus trabajosos rodajes me hacen pensar sobre lo incómodo que es ser un inconformista, pues gran parte de la biografía de Welles (sobre todo sus últimos años) fue un peregrinaje continuo en busca de financiación para sus proyectos. Pero, al ser un inconformista amante del caviar, el champán y los puros habanos, aceptó al mismo tiempo todo tipo de trabajos indignos para mantener su alto nivel de vida (¿Recuerdan aquellos anuncios sobre un horrible pseudocava que hizo en España a finales de los 70?).
Y eso que, habitualmente, no era un cineasta caro, y se las apañaba con presupuestos irrisorios para obtener no pocas obras maestras. Volviendo a su Macbeth (1947), que encuentro bastante más fascinante que el de Polanski, fue rodada en sólo 23 días, y por debajo del presupuesto: para ahorrar y agilizar la producción, Welles actuaba en una secuencia al mismo tiempo que dirigía otra, y enviaba a los cámaras -vestidos como los extras de las películas- a las tomas de batalla para que tomaran imágenes con cámara móvil, anticipandose en décadas a lo que luego sería una práctica común gracias a la steadycam. El reparto, además de a él mismo, incluyó a numerosos compañeros del Mercury Teather y a amigos y conocidos, tales como su chófer, que interpretó al factótum de Macbeth, y su hijo de diez años, Christopher Welles.
La película, como casi todas las suyas, fue un fracaso. Y como casi todas, puede ser calificada sin carraspear de obra maestra.
miércoles, octubre 25, 2006
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3 comentarios:
Habrá que ver sus pelis sí sí sí
Un tipo genial, si tenemos en cuenta que a los 15 años dejó el cole para crear su propia escuela de cine. Son muchos los amantes de este director. Los hay incluso entomólogos, que han puesto el nombre del cineasta a los bichos que descubrieron y clasificaron. ¿Sabía que hay una serie de especies de arañas hawaianas que se llaman científicamente Orsonwelles othello, O. macbeth, O. falstaffius, y O. ambersonorum?
Hasta otra, dinopalomitero.
Beriberi, es usted un crack; a mí lo único que me molesta es que el talento como cineasta de Welles queda a menudo ensombrecido por lo llamativo de su persona y las numerosas anécdotas que protagonizó.
A pesar de lo cual, y teniendo en cuenta cómo es este blog, tendremos que incluir algunas más. ;)
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