jueves, octubre 30, 2008

Espectros del pasado

Uno se considera, por lo general, buen chico, pero de vez en cuando también tiene sus ramalazos de Doctor Maligno, esos días en que apetece hacer la puñeta porque sí. Y una manera excelente de hacerla es escarbando en el tortuoso pasado de algunos críticos de cine, y descubrir lo que dijeron en su día de determinadas películas. Les confieso que llevo ni sé cuánto tiempo buscando una crítica de El Padrino publicada en el año de su estreno (1972) donde un crítico muy reputado decía, literalmente, “no vayan a verla” y la tachaba de superproducción yanqui sin talento alguno, apoyada únicamente en la campaña publicitaria, y no sé cuántas cosas más. El día que la encuentre la cuelgo aquí, junto con el nombre y apellidos del profesional, claro.

De momento, les dejo este texto, que me encontré por casualidad el otro día cuando buscaba documentación para la historia de las pelis clasificadas “S”. El autor es, como en la otra entrada, el crítico –excelente, por otra parte- del equipo Reseña Angel A. Pérez Gómez, cuando repasaba las películas españolas estrenadas en el año 1979:

“En otro escalón, más bajo todavía, nos topamos con films como Pepi, Luci, Bom, y otras chicas del montón de Paco (Sic) Almodóvar, y Con el culo al aire, del valenciano Carlos Mira (…). Son dos obras que se pretenden desmitificadoras, contraculturales, provocadoras, progresistas y originales. Y lo son todo menos eso. (…) La sal gorda, la tomadura de pelo, y el importar underground yanqui de hace varias décadas con ropaje punk no es precisamente un timbre de gloria”.

Ni más ni menos. Aunque, la verdad, no creo estar siendo excesivamente malo al sacar esto aquí… porque apruebo, suscribo y hago mío todo lo que se dice en este párrafo. Tiene gracia encontrarse con este tipo de cosas, que ahora nadie tendría narices para escribir, porque es que "Paco" ha llegado muy lejos. Pero en otros tiempos, antes de los Oscar, las coartadas intelectuales y la autopromoción a punta pala, todo era muy distinto...

4 comentarios:

troncha dijo...

Pues yo si que me atrevo, porque sinceramente el cine de Almodovar no me gusta nada, somos muchos los que no vemos tanto arte como otros, eso si "folcklorismo" patetíco.

Saludos...

Anónimo dijo...

En cambio yo me alegro de no haber hecho caso al crítico de marras (supongo que ni debí leerlo, cuando uno tiene 13 años no está para perder el tiempo leyendo) y haberme metido con otros granulientos compañeros a verla un año después, en un cine bien cutre de los de doble sesión y alfombra de pipas (¿Fue en el Cine Roma? es posible) porque nos lo pasamos como indios e hicimos el ganso todo lo que pudimos. Después de todo el cine cutre también tiene su aquel.

En cualquier caso hay una cosa que sí se debe decir a favor de esa peli, y es que hasta donde sé Almodovar la filmó sin subvenciones, mientras que el 99 por ciento de los truños que se han filmado en este país en los últimos 30 años han sido pagados de nuestro bolsillo

Vince dijo...

Hombre, Peñas, yo me aucuerdo de que la segunda película de Almodóvar "Laberinto de pasiones", fue machacada por la crítica por unanimidad... y esas críticas sangrientas fueron exhibidas en la puerta del cine Alphaville -donde se proyectaba la película- sin el menor complejo.

Sobre el tema de las subvenciones, permítame alguna corrección:

a) El mismo año en que se estrenó Pepi Luci, Bom..., la Dirección general del Libro y la Cinematografía (se llamaba así entonces) elevó por encima de los diez millones de pesetas la cantidad máxima de ayuda a una película. Ya se subvencionaba entonces.

b) Si quiere cine subvencionado, repase un poco el del franquismo; ahí sí que se otorgaba con criterios de amiguismo total, lo que permitió forrarse a más de uno... aunque hay que reconocer que le daban al público lo que quería.

c) En los últimos 30 años, esas ayudas públicas no solo han subvencionado truños considerables, sino también películas inolvidables que se han constituido en clásicos de nuestro cine. Lástima, eso sí, que el porcentaje siga siendo tan bajo.

d) TODOS los países europeos tienen una partida presupuestaria para ayudas a su cinematografía. Todos. Sin excepción. La diferencia es que en esos países no tienen a una ultraderecha desatada, que manipula a la gente usando las subvenciones como arma y luego se callan como hetairas cuando la Comunidad de Madrid financia con 15 millones de euros la última de Garci.

Por lo demás, ya sabe mi postura sobre el asunto: creo que son necesarias, pero espero que llegue un día en que dejen de serlo, cuando aquí haya una industria de verdad. Y perdone por el rollo...

Anónimo dijo...

Yo soy mucho más radical, me temo: soy de la opinión de que las subvenciones, al menos las segundas, deben darse en función de los resultados: primera producción, ayuda; ¿nadie va a ver el cagarro? ni un euro más.

Puedo atestiguar que mientras acababa un curso de 3d y animación la escuela en la que lo estaba haciendo recibió una propuesta de una productora para que los alumnos curraramos en una peli llamada "los caballeros del infinito" o algo así. Resulta que la peli debía estrenarse en septiembre, octubra a lo más tardar (estábamos en marzo) y todo estaba listo: la promoción, las invitaciones, para el pase de estreno, la distribución en Barcelona y Madrid, los billetes de la ONCE con imagen y texto alusivo, el merchandising todo salvo la peli, y estábamos en marzo.

¿Motivo del desaguisado? La productora necesitaba estrenar la peli para justificar la subvención, el reso no le importaba a nadie, así que iban al "todo vale, siempre que no nos gastemos un duro" así que esperaban hacer colar como "posibilidad de ganar experiencia y hacer interesantes contactos en el mundo profesional a unos jóvenes prometedores" lo que en realidad se describía como "necesitamos esclavos, a ser posible que pongan la cama, y si se portan bien puede que pongamos su nombre en los créditos muy al final, en la parte que no lee nadie"

La peli, por cierto, se estrenó sin nuestro concurso y, por supuesto, no la vio nadie. Sólo llegué a ver algunos frames sueltos y debo decir que era, como suele decirse, para mear y no echar gota