miércoles, agosto 13, 2008

El Vía Crucis de un cinéfilo lesionado (3). Al sur de Granada

Vamos mejorando. No sólo en el estado del pie, sino en las películas que le tocan a uno en suerte. Es curioso; un director que tenía alguna película decente, como era Jose Luis Cuerda, me hizo pasar por uno de los mayores truños que me he tragado últimamente, y en cambio, Fernando Colomo, al cual había dado por perdido desde sus fechorías perpetradas en los 90, me ha encantado con Al sur de Granada (2003).

La trama está inspirada muy libremente en la estancia que el historiador e hispanista inglés Gerard Brenan pasó en los años 20 en la zona granadina de Las Alpujarras. Lo que en principio parecía ser la típica historia del contraste entre un inglés y unos españoles más de pueblo que las amapolas -algo a lo que contribuye el cartel promocional, a mi juicio completamente equivocado- se va convirtiendo en una historia de amor algo convencional, primero, y poco a poco en una fábula sobre las vueltas de la vida, las decisiones, los caminos que tomamos, los paraísos perdidos -que son los únicos- y la imposibilidad de volver atrás. No pretende hacer reír de continuo, que es lo que uno se espera siempre con Colomo, pero en lugar de eso -al menos, en lo que a mí se refiere- transmite interés, identificación y emoción.

Colomo dirige con mano firme, sabiendo lo que quiere contar, sin dejar que se le cuelen estridencias, por lo menos, en exceso. Claro que se ha hecho acompañar con un equipo de primera, comenzando por ese maestro de la fotografía que es Jose Luis Alcaine y siguiendo por la partitura de Juan Bardem. Y los actores: Matthew Goode, que se estrenó en el cine con esta película -y que ha prosperado bastante desde entonces: próximamente le veremos en la adaptación cinematográfica de Retorno a Brideshead, y en la muy esperada Watchmen- compone un magnífico Brenan, lleno de humanidad y personalidad, a años luz del prototipo de guiri despistado; un tipo que me cae tan gordo como Guillermo Toledo borda aquí su personaje de Paco, el campesino del pueblo que se convierte en el mejor amigo de Herardico; Verónica Sánchez es una revelación, y Antonio Resines y Ángela Molina llenan dos personajes secundarios de una pieza.

En fin, toda una mejora con respecto al otro día. Por cierto, esta película está directamente relacionada con Carrington (1995), de Christopher Hampton, con la que comparte algunos personajes. Y el tema de los ingleses en Las Alpujarras ha dado material para otro tipo de obras; si no tienen lectura de verano, les recomiendo vivamente los libros del cachondo de Chris Stewart Entre Limones y El Loro en el Limonero, que se han vendido como churros en la feria, y donde narra sus propias vicisitudes en esta comarca de Granada unos cuantos años después que Brenan.

Siguiente parada del Vía Crucis: Malas Temporadas (2005), de Manuel Martín Cuenca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿¡¡Malas temporadas!!? Lo mejor (desde mi punto de vista) Nathalie Poza. Javier Cámara casi no habla y la Watling... un desnudo arriesgado... Yo me aburri tremendamente, pero espero tus comentarios.