miércoles, julio 30, 2008

Una de baturros

Ayer se cumplió el 25 aniversario de la muerte de Luis Buñuel. Pero no es algo que me haya llamado especialmente la atención. ¿Soy el único aficionado al que el cine de Buñuel no le dice nada, o hay más gente por ahí que no se ha atrevido a abrir la boca por aquello de quedar bien? A mí, la verdad -de lo que he visto, ojo- quitando El angel exterminador, poco ha habido que me haya vuelto loco. Está, por supuesto, la tremenda fuerza de Las Hurdes Pero, por ejemplo, Viridiana me aburre, aunque quizá debería volverla a ver.

No soy el único que piensa así de Viridiana. Esta película, rodada en 1960, supuso el regreso de Buñuel a España después de años de exilio más o menos voluntario. Es curioso que, a pesar de volcar en el argumento buena parte de sus obsesiones sobre la religión y el sexo, no tuviera mayores problemas con la censura franquista salvo la obligación de cambiar el final. Aprobada la película, se presentó en el Festival de Cannes y ganó la Palma de Oro. Y entonces se lió la de San Quintín.

Según nos cuenta Fernando Méndez-Leite en su imprescindible Historia del cine español en 100 películas, “El entonces director general de Cinematografía y Teatro, don Antonio Muñoz Fontán, recogió el premio encantado de regresar a la España de Franco con el primer gran triunfo internacional del cine español. Cuando llegó a Madrid se encontró cesado. La escena de la orgía de los mendigos y la similitud de su composición con La última cena, de Leonardo, habían irritado a L’ Observatore Romano, que había publicado una crítica lamentando que fuera la católica España quien presentara en Cannes un film ateo y blasfemo”.

Viridiana”, continúa Méndez-Leite, “desapareció de la publicidad, de la radio y de la prensa. Su existencia se silenció y se prohibieron terminantemente sus proyecciones en territorio español. Los productores consiguieron sacar el negativo de España y lo guardaron en París”. Y la prohibición de la película no se levantó hasta 1977, cuando pudo por fin reestrenarse en salas españolas.

Una historia verdaderamente triste, una más de esos años. Pero ¿por qué les decía que no soy el único que no considera a Viridiana ni fu ni fa? Porque hay constancia de que Franco, gran aficionado al cine -sobre todo al que él mandaba hacer- ordenó que le proyectaran la película en El Pardo, y no encontró que la cosa fuera para tanto. De hecho una historia apócrifa cuenta que salió de la sala de proyección diciendo, aproximadamente “La verdad, estos curas, cómo exageran. ¡Pero si todo lo que hay aquí son chistes de baturros!”.

Ya les digo, que voy a tener que volver a ver Viridiana. Porque no me hace ninguna gracia que mis gustos, ni en cine ni en nada, coincidan con los de ciertas personas.

6 comentarios:

Náufrago en tierra firme dijo...

Pues mire, señor Vince, coincido con usted: a mi Buñuel, psche. Y eso que tengo amigos que lo adoran (también tengo amigos que adoran a San Woody Allen, tiene que haber de todo en esta vida), y han intentado convertirme a su fe...ya verá cuando le cuente a alguno la anécdota de Franco: apoplejía segura.
Viridiana no la he visto, la incluiré en mi lista de películas para este verano (con esto de que es la primera vez que tengo jornada intensiva, me he propuesto ver tres películas a la semana de cine "clásico", por esto de la culturilla general y tal...y porque a las 4 de la tarde aquí cae fuego del cielo, y no hay mucho más que se pueda hacer en casa...Ya le pasaré la lista, a ver qué le parece :P).


Jo, cómo me enrollo...

Saludos desde la isla!

Anónimo dijo...

Yo creo que, a estas alturas, uno puede pensar y decir lo que quiera. A mí Buñuel me gusta, como personaje y como cineasta. Y disfruté, mucho además, con sus memorias. Viridiana no es de las que más me gustan. Como usted, yo soy fan de "El Ángel..." y de casi todas las de su época de México, bastante bestias. Mucho menos las "Belle de jour", etc. Pero si no me gustaran, como soy iconoclasta total, también lo diría. A mí no me gusta Almodóvar –La Ley del Deseo fue su última gran película, para mí–, lo sigo intentando con el Ulises de Joyce y no empatizo con El Quijote. Lo que ocurre es que la cultureta, ya se sabe, carece de criterio y de conciencia crítica alguna. Qué se va a hacer.

Eulalia Sacristán dijo...

La verdad es que yo vi Viridiana allá por el año 74, totalmente de "extrangis" en un colegio mayor, creo que era el San Juan, (hablo de Madrid). La sala estaba totalmente abarrotada y, aunque se había anunciado otra peli(por aquello de la dictadura), todo el mundo sabía que iban a pasar Viridiana. Yo terminé sentada en unas escalerillas cercanas a la pantalla y cuando acabó tenía un dolor de cuello que aún recuerdo. Pero la película ni fu ni fa. Yo tampoco soy mucho de Buñuel. La que sí me impactó fue El ángel exterminador y todavía recuerdo el agobio que me produjo. También el día del Ángel exterminador había ambientillo y también la vi en otro colegio mayor. Era lo que se llevaba. Ventajas de ser cincuentañera.

Vince dijo...

Laia, seguro que era el San Juan Evangelista; en esa época era el colegio mayor rojo y cultureta de la Complu por excelencia. Desde luego, no iba a ser en el Mara...

Náufrago, le tengo profunda envidia por ese programa cinematográfico que se ha puesto; yo conocía lo de las lecturas de verano, pero no que alguien se planeara películas de verano. Y Vidal, no se preocupe, que a mí tampoco me gusta Almodóvar. Creo que una de las cosas que distinguen a una persona culta, o con intenciones de serlo, es ser capaz de decir con sinceridad que algo no le parece tan bueno como dicen todos...

Anónimo dijo...

Sumadme a la lista. Yo a Bueñuel sólo le aguanto en Simón del Desierto. Belle de Jour me aburrió soberanamente y Viridiana me arranca unos bostezos dignos de un hipopótamo

Anónimo dijo...
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