miércoles, mayo 07, 2008

La mejor actuación



“Si estabas con él en un rodaje y le veías interpretar una escena, te preguntabas para qué le estaban pagando”, dijo de él el actor Lloyd Nolan. “Pero cuando veías después las tomas del día, entonces lo sabías. La actuación para el cine está en los ojos”. “No quiero actuar con él”, dijo, por su parte, John Barrymore. “Me robaría la escena con una mirada o con pasarse la mano por la cara”. Son dos magníficas descripciones del innegable talento de Gary Cooper, cuyo cumpleaños se celebra hoy. ¿Es posible que este hombre naciera hace 107 años? Su presencia, su manera de actuar, parece tan fresca, tan actual. Todavía, como todos los grandes, llena la pantalla con sólo aparecer en ella. Es difícil no seguirle con la vista, aunque sólo se esté sentando, apoyándose en una pared, o encendiendo un cigarrillo. Cuando se habla de él lo típico y tópico es acordarse de Sólo ante el peligro (1952), de Fred Zinemann, pero yo personalmente le prefiero con Capra en Juan Nadie (1941), con Lubitsch en La octava mujer de Barba Azul (1938) y, desde luego, con Howard Hawks en Bola de fuego (1941).

Hizo de todo, y lo hizo bien. Cuesta trabajo creerlo de un cow-boy que empezó como especialista en el cine mudo, y que luego fue subiendo de un papel a otro hasta enfrentarse, como muchas estrellas de la época, con la llegada del sonoro. Pasó la prueba, y se convirtió en uno de los mayores astros de Hollywood hasta que el cáncer se lo llevó en 1961. Antes, mucho antes, se enfrentó a una de sus primeras escenas dramáticas, en el western mudo Flor del desierto (1926) de Henry King, donde comenzó sustituyendo en las tomas largas al actor Harold Goodwin y finalmente se hizo con el papel cuando éste resultó no estar disponible.

En la escena en cuestión, su personaje llegaba al cuarto de un hotel, agotado, sudoroso y cubierto de polvo, después de haber cabalgado 130 kilómetros, para dar una noticia desastrosa al resto de los actores. Pero, como él mismo recordó en una conversación mantenida con el periodista George Scullin, “yo no sudaba lo suficiente para quedar bien empolvado, ni era capaz de aparentar todo el cansancio que se necesitaba. Después de 15 ó 20 ensayos y una docena de tomas, aunque mostraba cansancio, no daba la sensación de fatiga extrema”.

“Para lograrla, una mañana King comenzó a hacerme correr alrededor del estudio a las siete A. M. Al cabo de una hora comencé a dar señales de cansancio. El director me incitaba a seguir adelante recordándome la carrera de Maratón y aquello del arte por el arte. Después de unos quince kilómetros de carrera, salía a mi encuentro cada cuatro vueltas y me arrojaba un puñado de polvo a la cara. Por fin tuvo a bien pensar que ya estaba suficientemente cansado: a estas alturas ya estaba yo bamboleándome, completamente exhausto. Me agarró en una voltereta, me arrastró frente a las cámaras y me dijo:

- Ahora sí. ¡Suéltales la noticia!

El calor y las luces me dieron de lleno en el rostro. Abrí la boca automáticamente, vi que la cámara daba vueltas alrededor de mí y caí cuan largo era. Samuel Goldwyn, que estaba mirando, dijo que era la mejor actuación que había presenciado. ¿Y quién era yo para llevarle la contraria?”

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi mejor experiencia con Gary Cooper tuvo lugar hace la torta de años. Michica y yo estábamos paseando por callejuelas del Centro de Madrid, y vimos un pequeño cine del que no tenñiamos noción alguna de su existencia. En el cartel anunciaban, en VOS, "Desir", con Marlene Dietrich y Gary Cooper. No conocíamos esa peli, pero con esos pesos pesados y sin objetivos definidos en nuestro deambular, nos metimos de cabeza en la sala.

Cuando salí estaba anonadado, porque acababa de ver una comedia que parecía hecha exactamente a la medida de Gary Grant, y sin embargo estaba interpretada (¡y de qué manera amigos!) por Gary Cooper, a quien no era capaz de imaginarme sin su chaleco de sheriff. De hecho hoy en día, cuando pienso en esa película sigo convencido de que yo vi a Gary Grant, pero sé que era el otro Gary.

Por suerte con Marlene no hay equívoco posible ¡Qué diosa!

Vince dijo...

Japa, el problema es que Grant era Cary, y no Gary.

Anónimo dijo...

Es lo que pasa por escribir al oído

Anónimo dijo...

Galán con aire bonachón, como Gary Cooper, recientemente fallecido: John Phillip Law (q.e.p.d.)