domingo, abril 27, 2008

Bocazas

Cuesta trabajo recordar que en la década de los 80 Steven Seagal fuera considerado una de las principales estrellas del cine de acción. No cuesta ningún trabajo, en cambio, reconocer que en la primera década del siglo XXI se ha convertido en uno de los mayores plastas de la televisión hispánica. Hasta media docena de películas suyas que nos han cascado en las dos últimas semanas en canales nacionales, privados y autonómicos. Peor aún, cuando me acerco al videoclub veo con consternación (“Oye, Consternación, mira esto”) que hay siempre como tres o cuatro títulos nuevos con su careto en la estantería de novedades. Eso va a ser que alguien las alquila. Bueno, yo nunca pensé que mis vecinos fueran suscriptores de Cahiers Du Cinema, precisamente. ¿Y qué se puede esperar de un sitio donde recomiendan El motorista fantasma como una película “cojonuda, llena de acción”?

Lo más patético del asunto es que esta emisión de películas de Seagal no suele ir en orden cronológico, así que de un día para otro se puede pasar a verle en un canal en su etapa inicial, cuando aparecía como una estrella convincente de superproducciones de yoya y tentetieso, a la actual, marcada por años de “egomanía, declaraciones extrañas y paranoides y menús super size”, como la han definido acertadamente los chicos de The agony booth, y que ha resultado en películas de tercera regional que se estrenan directamente en los videoclubes (por lo menos, en el mío), y donde vemos a lo que parece un doble de John Goodman vestido de negro (que da un aire oriental, y además adelgaza), que necesita que le doblen hasta para dar los buenos días.

La historia de Seagal es bastante conocida: cómo, nacido en Wisconsin, emigró a Japón, donde se caso con una chica de allí cuyo padre tenía un dojo de artes marciales; cómo empezó a estudiar aikido hasta dominarlo y abrir su propio dojo en Osaka; cómo trabajó para la CIA en operaciones sobre las que no se puede contar gran cosa porque, claro, después tendría que matarnos; cómo volvió a Estados Unidos y empezó a enseñar aikido a varias celebridades, entre las que se contaba el todopoderoso agente de Hollywood Michael Ovitz, que le consiguió una prueba con la Paramount; cómo se esa prueba surgió Por encima de la ley (1988), donde se cargaba a los malos vestido como un genuino pijo de Jerez de la Frontera (blazer, camisa blanca y unos tres kilos de gomina, tirando por lo bajo), y que constituyó todo un taquillazo. Luego llegaron Difícil de matar (1990), Señalado por la muerte (1990), Buscando justicia (1991) y uno de los muchos plagios de Jungla de Cristal que proliferaron en esos tiempos, y que fue Alerta máxima (1992) (pobre Tommy Lee Jones, con lo que yo le quiero, y haciendo aquí de malo para buscarse las lentejas… claro que esto fue antes del Oscar por El fugitivo (1995)), que tuvo incluso una segunda parte… hasta que en los años siguientes comenzó la decadencia hacia los abismos del videoclub, y que, si quieren mi opinión, ya estaba tardando.

Bueno. Sobre esta historia oficial ha habido todo tipo de ejems, ejems, por parte de periodistas yanquis que no se la han acabado de tragar y que han destapado verdaderas fantasmadas sobre su época de maestro oriental, cargos de bigamia y, agresiones a periodistas, conexiones con la Mafia y recientemente, implicaciones con el polémico investigador privado Anthony Pellicano. Pero lo que yo les quería enseñar hoy son fragmentos de una entrevista que le hicieron en 1991 para la revista Movieline, cuando estaba todavía en la cumbre. Aquí van algunas perlas:

(Sobre Clint Eastwood): “Clint ha tenido una carrera muy larga, pero sólo ha hecho dos películas que me hayan gustado de verdad: El seductor y Escalofrío en la noche. Y quizá el primer Harry el Sucio. Me gusta Clint, es un hombre agradable, pero eso le pasa a todo el mundo. Un día eres la mayor estrella del mundo, y al minuto siguiente no te conoce nadie”.

(Sobre Francis Ford Coppola): “Nunca ha tenido una idea original. Nunca. Y no le importa robar cosas que han sido publicadas”.

(Sobre Martin Scorsese): “Probablemente la peor película que se haya hecho en la historia de la humanidad sea La última tentación de Cristo. No funcionaba. Daba pena. Y Uno de los nuestros es también la peor película que he visto en mi vida”.

Y la traca final: “Todavía no he tenido oportunidad de hacer el tipo de películas que quiero hacer. Todas han sido de acción, y mi mayor miedo es el de quedar encasillado en un género”.

Como suele decirse, el tiempo le pone a cada uno en su sitio. Y a este chico le ha puesto a ser el rey del prime time, cuando en un canal no tienen nada decente para competir con los partidos de Liga. Por cierto, también ha tenido tiempo de sacar una bebida energética con su nombre cuya crítica les adjunto aquí; por desgracia está en inglés, pero los que lean el idioma, harán bien en entrar.

¿Y no se está usted metiendo demasiado con Steven Seagal, me dirán ustedes? Pues a lo mejor… Pero después de tanta turra de pelis suyas, siempre puedo decir que él empezó primero.

3 comentarios:

Lego y Pulgón dijo...

"y mi mayor miedo es el de quedar encasillado en un género”.
Esto me recuerda a cuando mi abuela Baba, de 92 años, les dijo a sus amigas (de la misma quinta) que iba a contratar a una mujer para que la acompañara a todas partes y durmiera en su casa. Las amigas, espantadas, le dijero recriminándola "¿¿¿Es que no vas a ahorrar nada PARA LA VEJEEEEEZ???"
En fin.
Por cierto ¿no se casó Seagal con Kelly LeBrock, la "Mujer de Rojo", amor platónico de tantos y que desapareció en la niebla?

Anónimo dijo...

Recuerdo eltrailer de la de Alerta. Unos malosos pillan un acorazado con miles de duros militares a bordo que son pillados a calzón quitado y todo parece que les va a salir bien… pero no contaban con el cocinero. Luego vi el trailer de la segunda, que transcurría en un tren, luego supongo que tras dejar la marina se metió a cocinero en la transcontinental.

Tengo el orgullo de decir que de este señor sólo he visto los trailers: no es que cuide mucho lo que veo (a fin de cuentas me tragué El Dorado" de Saura y encima pagué por ello) pero ahi cosas que decididamente no entran en mi dieta.

Por cierto, Vicen, seguí tu consejo y debo decir que te quedaste corto ¡Por Dios qué bodrio! Casi hace que Ed Wood vea tambalearse su honorable puesto de cola.

Vince dijo...

Pues sí, Lego, estuvieron casados de 1987 a 1996 y tuvieron tres críos... Lo que pasa es que al parecer cuando se casó con ella no estaba solucionado del todo su matrimonio con la chica de Japón, y de ahí las acusaciones de bigamia. En cuanto a qué ocurrió con Kelly Lebrock, anda perdida por telefilmes aún más cutres que los de su ex, que ya es decir. Muy bueno lo de su abuela, por cierto.

Japa, convendría aclarar que ese consejo que le di hace referencia a una entrada en el blog "vicisitud y sordidez". Interesados, meterse en

vicisitudysordidez.blogspot.com/2008/04/cine-colonoscopia-patrio-sos-invasin.html