martes, abril 29, 2008

Fuera de línea

No he ido todavía a ver Elegy, pero la tengo reservada. Me llama la atención la coincidencia de críticas favorables que ha recibido la última película de Isabel Coixet, y además Ben Kingsley siempre es un valor seguro, y Penélope Cruz, cada vez más. El material del que parte, en cambio, -la novela de Philiph Roth El animal moribundo- me interesa menos. De Roth he leído un par de cosas -El lamento de Portnoy, por supuesto, y The professor of desire, donde aparece también el personaje de David Kepesh que interpreta Kingsley- y la verdad, lo único que veo son conflictos intelectuales, problemas por ser judío y más problemas por la cuestión del sexo. O sea, igual que Woody Allen, pero en trascendente.

Pero dejando aparte mi opinión sobre Roth, me ha sorprendido encontrarme con el nombre de Nicholas Meyer como responsable del guión. No me puedo imaginar a dos escritores más diferentes. Verán, Meyer está un poco olvidado hoy, pero a finales de los 70 y principios de los 80 era bastante conocido como director y escritor. Aparte de algunas incursiones en la ciencia ficción, era un enamorado de la época victoriana y un sherlockiano de primer orden. De lo primero dejó constancia en una de sus mejores películas, Los pasajeros del tiempo (1979) -donde mezclaba a H. G. Wells con Jack el Destripador- y de lo segundo con sus novelas Elemental, doctor Freud (1975) -llevada al cine por Herbert Ross- y Horror en Londres (1976). En la primera, un Sherlock Holmes destruido por su afición a la cocaína viaja a Viena para ser tratado por Sigmund Freud, y de camino se encuentra con otro misterio a resolver; la segunda junta al detective con figuras de la época como George Bernard Shaw y Oscar Wilde. Y, después de muchos años de silencio, reincidió con la novela El ángel de la música (1995) donde el periplo europeo de Holmes le lleva a trabajar como violinista en el palacio de la Ópera de París y a darse de bruces con cierto fantasma

Son novelas que hemos disfrutado enormemente los sherlockianos de todo el mundo (en España las dos primeras las publicó Ultramar, y la tercera, Ediciones B; son bastante dificilillas de encontrar, me temo), pero quizá no sean el bagaje más adecuado para enfrentarse a Philip Roth. De hecho, en una entrevista en el último número de Dirigido porCoixet explica que desechó buena parte del trabajo de Meyer y se reunió varias veces con Roth para hablar de los cambios que quería hacer en el guión. Entre ellos un happy end colocado por Meyer que no pegaba demasiado con el tono general de la película, y los diálogos del personaje de Consuela, que interpreta Penélope Cruz. Según cuenta Coixet: “era esa cosa yanqui de una cubana con unas tetas estupendas que encima es tonta. Meyer había inventado muchas cosas respecto al personaje de ella para encajar en los estereotipos latinos que tienen la mayoría de los norteamericanos que nunca han conocido a nadie cubano o dominicano. Creo que Consuela tiene una inteligencia natural, ha leído, está haciendo un posgraduado…”.

Obviamente, Coixet y Meyer no han acabado muy bien, pero me parece bien que en una película norteamericana la última palabra la tenga el director. Y espero más trabajos de Meyer, que tan buenos ratos me ha hecho pasar (mejores que Philiph Roth)… pero más en su línea.

2 comentarios:

Paco Fox dijo...

Meyer (guionista del mejor Star Trek cinematográfico) todavía se deja sentir en el guión, sobre todo en esas citas a Shakespeare que tanto le gustan. Supongo que llegó al proyecto de la mano de Philip Roth, pues antes había adaptado 'La Mancha Humana', que tiene elementos comunes. Y por 'elementos comunes' me refiero a 'viejo calvo que se pone calentorro con una chavala más joven'.

La peli es la mejor que he visto de Coixet. Dicho esto, he odiado todas las películas suyas que he visto. Lo peor de 'Elegy' me parece, precisamente, ella. Le da la vuelta a una película sobre la crisis de la vejez de un señor sin gracia (¡qué acertada la comparación que haces con Woody Allen!) y, durante todo el segundo acto, lo convierte en su propia ensoñación cultureta de 'chica española que es seducida por un interesante y culto hombre mayor, la lleva a obras de teatro en Nueva York y le enseña los misterios de la vida'. Un asco.

Y es que siempre me ha cabreado el hecho de que a esta mujer le permitan hacer pastiches de lo que le gusta (el cine independentoso americano de los 90) y a un pobre hombre que quiere emular algo de género yanki se le condene, cuando ambas propuestas son igualmente falsas. Al menos las segunda no suele provocarme tantos bostezos.

LE BLOG dijo...

La ví ayer. Se la puede usted ahorrar.