Hablábamos por aquí hace unos días del montaje que nos venden en los extras de los DVDs y de cómo los supuestos making of están llenos de bulos montados por los estudios dedicados a ensalzar las cualidades de la estrella de turno. Ya dije entonces que no es una práctica nueva en Hollywood. De hecho, me he puesto a buscar, y he encontrado unas cuantas falsedades aplicadas a algunos de los astros más célebres de la historia del cine. Por ejemplo:
Gregory Peck (en la imagen, en una de sus películas más famosas). Se libró de luchar en la Segunda Guerra Mundial por una lesión en la espalda. Esto es cierto, pero como se la hizo durante una clase de baile en la Universidad, a los publicistas del estudio no les pareció lo bastante serio: la versión oficial fue que se había lesionado mientras competía en el equipo de remo.
David Niven. Siempre estuvo orgulloso de su herencia escocesa, y los estudios -y él mismo- se encargaron de publicitar que Escocia había sido su lugar de nacimiento. La verdad es que nació en Londres, pero supo guardar el secreto tan bien, que el hecho no se descubrió hasta después de su muerte.
Richard Burton. No es ningún secreto que el actor procedía de una familia humilde del País de Gales. Pero cuando comenzó a hacerse famoso, esto no les bastó a algunos periodistas, que llegaron a publicar que los catorce miembros de su familia vivían con un dólar a la semana.
Y luego yo, para serles sincero, daría un brazo y la yema del otro por saber cuál es la estrella del cine a quien se refiere Groucho Marx en su libro Groucho y yo, cuando narra un viaje en avión que hicieron los dos juntos: dicho actor se había hecho famoso, entre otros papeles, por sus interpretaciones de aviador heroico en las películas de guerra, pero en la vida real subirse a un avión era algo que le ocasionaba un pánico cerval. El vuelo en cuestión, según cuenta Groucho, fue una odisea, con el actor presa del terror, clavando las uñas en los reposabrazos y convencido de que se iban a estrellar al minuto siguiente, hasta el punto de que la azafata prácticamente le insinuó que, si se tranquilizaba, esa noche se iría a la cama con él. Pero ni por esas.
¿Quién podría ser? Yo apuesto por James Cagney, que hizo varias películas interpretando a un as de la aviación (Aguilas heroicas, de Howard Hawks en 1936 y Capitanes en las nubes, de Michael Curtiz, en 1942) y que, en efecto, en la vida real tenía pánico a los aviones. Pero es sólo una suposición y, por supuesto, se agradece cualquier información que puedan aportar.
lunes, septiembre 10, 2007
Mentira más, o mentira menos
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1 comentario:
Vaya: no recordaba esa anécdota del 'Groucho y yo'. Habrá que investigar, aunque tu propuesta parece buena.
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