lunes, septiembre 17, 2007

La noche y la ciudad

Retomo el blog después de algunos días sin dar señales de vida; trabajo, viajes, ya saben… el caso es que no he andado tan ocupado como para no ver el artículo que Vicente Molina Foix publicó en El País el día 14, donde hablaba de los rodajes en Madrid; más exactamente, de las dificultades de rodar en Madrid comparado con otras capitales europeas.

Coincido con él en que es una verdadera pena, y no sólo por Madrid. ¿No nos hemos fijado nunca en el papel que juega el cine a la hora de retratar el estado de ciudades y pueblos en momentos concretos de su historia? Sin salir de Madrid, si uno quiere echar un vistazo al aspecto de la capital a mediados de los años 50 no tiene más que ver Historias de la Radio (1955) y seguir a Pepe Isbert mientras recorre el Paseo de la Castellana vestido de esquimal… Unos años después, en Opera Prima (1980), Fernando Trueba nos presentaría a otro Madrid y otros madrileños… Cada uno tendrá sus recuerdos en este aspecto, pero yo les confieso que soy capaz hasta de tragarme alguna de las películas de Cine de barrio en cuanto veo algunos exteriores que me traen de vuelta al Madrid de mi infancia (y, en cuanto pasan a interiores, cambio de canal).

Curiosamente, este es un campo en el que el cine europeo le ha sacado muchísima ventaja al norteamericano. Por lo general, el Hollywood clásico lo filmaba absolutamente todo en decorados, tanto los interiores como los supuestos exteriores que podían transcurrir en cualquier país del mundo (la Casablanca de Bogart se parece a la ciudad original como un huevo a una castaña. Pero claro, a muchos nos gusta más el café de Rick que cualquier local que podamos encontrar en la ciudad auténtica), mientras que el cine del viejo continente, con presupuestos mucho más ajustados, recurría a escenarios naturales. Y bien que se agradece, unas cuantas décadas después. ¿Dónde podríamos encontrar un mejor retrato de la Italia de los últimos cincuenta años que gracias a las imágenes que tomaron De Sica, Visconti, Rossellini e, incluso a su manera y sobre todo en La dolce vita, Fellini? Más o menos al mismo tiempo, aunque el cine de Hollywood comenzaba a asomarse al exterior, en mi opinión no tuvo en general la habilidad o la intención de captar el espíritu de sus ciudades y pueblos de la misma manera que el cine europeo (aunque hay excepciones tan conocidas como la de la película que ilustra el post de hoy).

De todos modos, este tema del rodaje en las ciudades tiene un aspecto menos atractivo, que últimamente se está poniendo bastante de actualidad. Quédese para mañana.

2 comentarios:

Paula y Simón dijo...

A mí me viene a la memoria, inevitablemente, "Vacaciones en Roma". Me encanta la película y me encanta Roma en la película, y desde luego allí han comprendido rápidamente que es una fuente inagotable de hacer pasta... Yo, desde luego, cada vez que voy me compro un calendario de la peli... jeje... Vince, ¿Wyler cuenta como director yanki?

Vince dijo...

Hombre, pues sí, aunque nació en Alemania... bueno, para ser exactos en una parte de Alsacia que hoy pertenece a Francia. Aunque Bruce Willis también es alemán de nacimiento y ahí le tienen.