Por fin, el sábado pasado -con mucho retraso, lo confieso, y espero que esto no me haga perder puntos como bloguero cinematográfico- fui a ver La vida de los otros. Reconozco que, tras un principio que se me antojaba demasiado previsible, la historia comenzó a coger fuerza, y ya me enganchó hasta el final. Y qué actores. Todos ellos ajustados como un guante a su papel, no tanto los dos protagonistas -que también- como ese secundario que interpreta al superior de la Stasi, siempre dispuesto a medrar para seguir trepando por el escalafón y a vampirizar el trabajo de sus subordinados; o esa actriz de teatro, tan insegura, tan imperfecta, tan humana al fin y al cabo. Creo que hay un factor que contribuyó a aumentar la credibilidad de la película: no conocía a ninguno de los actores. Por lo tanto, no podía verles a ellos, pues desaparecían con toda comodidad dentro de sus personajes.
Creo que ese es un inconveniente del Star-System, potenciado hasta el límite en esta era de la imagen. La presencia exagerada de las estrellas de cine en los medios de comunicación se complementa con películas hechas a su medida, muchas veces evitando papeles negativos, conflictivos, antipáticos. Algunas tienen verdadero talento, pero lo suelen ocultar detrás de guiones acomodaticios y directores que en lugar de gritar “¡acción!” o “¡corten!” sólo les dicen sí, bwana. No quiero decir que estas cosas pasen continuamente, pero desde hace unos años, cada vez más a menudo. Por eso se agradecen las películas a contracorriente, llenas de seres humanos. Ahora, esperen a que hagan el remake americano, con Tom Hanks (por ejemplo) en el papel que aquí borda Ulrich Mühe, y me cuentan.
Pero ya que estamos hablando de estrellas, no me resisto a incluirles aquí este pequeño listado de instrucciones, muy útiles para distinguir a una verdadera estrella de un simple primer actor. El autor es Rock Hudson, que siempre decía que las incluiría en un libro que pensaba escribir (nunca llegó a hacerlo) titulado Cómo ser una estrella de cine. Son las siguientes:
a) Una estrella de cine nunca hace reserva en un restaurante: entra, y al momento tiene mesa disponible.
b) Una estrella de cine nunca mete dinero en un parquímetro: jamás le multan.
c) Una estrella de cine nunca se equivoca; la culpa es siempre de otro.
d) Una estrella de cine nunca abre la puerta de casa a las visitas ni contesta al teléfono (Hudson, decían sus amigos, rompía esta norma constantemente).
e) Una estrella de cine nunca pregunta el precio de nada.
f) Una estrella de cine nunca hace deporte: su cuerpo es perfecto por naturaleza.
g) Una estrella de cine nunca lleva dinero encima.
Creo que mañana vamos a seguir con este tema de las estrellas, que da para mucho. Mientras, los que no hayan ido a ver La vida de los otros (aunque, conociéndoles, sospecho que yo he sido el último), ya pueden pasar por taquilla. Y ya tenemos encuesta nueva, así que ¡a votar!
2 comentarios:
muchacho, lo cuelgas y se nos muere...
ojo a ver de quién hablas!
Estoy deseando que Jiménez Losantos se haga actor...
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