Se ha escrito, y sobre todo se está escribiendo mucho estos días sobre Katharine Hepburn, con motivo del centenario de su nacimiento. En una de las mayores estrellas que haya dando nunca la pantalla, sorprende los altos y bajos que sufrió su carrera en sus primeros años. Sorprende sobre todo porque en ese tiempo tuvo la suerte de meterse en alguna obra maestra -La fiera de mi niña- o en cintas de muchos quilates -la gran aventura de Silvia- . O quizá sea más justo decir que su presencia en esas películas contribuyó no poco a que hoy las consideremos clásicos del cine. Aún así, su escaso éxito comercial convirtió a Hepburn a finales de los 30 en lo que vino en llamarse “veneno para la taquilla”.
El título que la devolvió al estrellato fue, precisamente, mi favorito de entre sus películas, Historias de Filadelfia (1940). En su origen fue una obra de teatro expresamente escrita para ella, que además le permitió hacer un regreso triunfal a Hollywood en su versión cinematográfica, pero lo bueno que tiene la cinta -la verdad, tiene muchas cosas buenas- es que, a pesar de ser un vehículo pensado para el lucimiento de la actriz, todo el mundo que interviene en ella está estupendo; Cary Grant como su ex marido y Play-boy C. K. Dexter Haven, y James Stewart como el periodista Macaulay Connor, que acaba compitiendo con Hayden por el amor de la rica heredera Tracy Lord. Es una de esas películas que, más que divertir, estimulan, y ayudan a soportar las malas rachas como esa llamada de un amigo que llevábamos tanto tiempo sin ver.
Sin embargo, algunas cosas fallaron en esta película. Por ejemplo, el reparto de Oscar. De su trío de estrellas, sólo Stewart se llevó la estatuilla al mejor actor. Grant ni siquiera fue nominado, y Hepburn perdió ante Ginger Rogers por Espejismo de amor.
Aunque Hepburn ya tenía un Oscar, y llegaría a tener tres mas, aquello no le sentó nada bien. Al día siguiente de la ceremonia, dijo a la prensa que a ella le habían ofrecido primero el papel de Rogers, pero que no lo había aceptado porque no se veía interpretando “a una dependienta en un folletón”. La respuesta de Rogers fue fulminante: “debería callarse esa condenada boca”.
sábado, mayo 12, 2007
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2 comentarios:
Grande entre las grandes, si señor, pero aunque la "Historias ..." es buena- a mi gusto, sin pasarse- la reina de la noche es "La fiera de mi niña". La he visto 3 o 4 veces y sigo sin cansarme; es puro vicio, pero ¡qué enorme es Hawks!, qué diálogos, que extraordinario era Grant en comedias .... no sé que superlativos decir. La carrera global de la Hepburn es la mejor de la historia de Hollywood, es mi opinión. Ya no se hacen actrices así ni cine así ni guiones así. Es otro mundo, posiblemente porque tiene que ocurrir de esa manera, pero no se pueden evitar las comparaciones y yo, al menos, estoy seguro de con qué cosa me quedo.
Bitterlac
Digamos que Katherine Hepburn se incluiría en la lista de la edad de oro del cine. Una de esas actricesque película que tocase, película que merecía el calificativo de obra maestra. Y aunque admito algo avergonzada que no he visto "Historias de Filadelfia" y, por tanto, no voy a opinar sobre ella, yo admiro a esta musa por "La reina de África" y "La costilla de Adán". Simplemente impresionantes.
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