martes, mayo 15, 2007

El personaje que pasó de un actor a otro


Vamos a seguir un poco con La fiera de mi niña, de la que hablábamos en la última entrada. Un aspecto curioso de esta película es que constituye también un buen ejemplo de cómo un papel puede pasar de un actor a otro. Si se dice que los buenos directores crean escuela; la verdad es que los actores con talento también pueden hacerlo; e incluso los personajes.

Al principio del rodaje de La fiera… Howard Hawks se encontró con que su protagonista masculino, Cary Grant, estaba completamente perdido sobre el papel que debía interpretar. Esto no es tan raro como parece, pues diferentes biógrafos han señalado la inseguridad casi crónica que afectaba a esta estrella, que en pantalla era la misma imagen del aplomo. Claro que era una inseguridad que iba a unida a un talento innegable. Y Hawks encontró las palabras para ponerlo en marcha:

- Piensa en Harold Lloyd.

Harold Lloyd fue una de las grandes estrellas cómicas del cine mudo que, como Chaplin o Buster Keaton, triunfó gracias a la creación de un personaje; en su caso la de un buenazo con gafas de concha al que no paraban de ocurrirle vicisitudes de todo tipo. Grant no necesitó más indicaciones, y esa frase le bastó para tener desde entonces bien agarrado a su profesor de antropología.

Cuarenta años después, otro actor se fijo en el personaje. El casi debutante Christopher Reeve iba a tener la responsabilidad de interpretar a Superman en la superproducción dirigida por Richard Donner. Pero junto con el papel de Superman, venía el de Clark Kent. Y la fuente de inspiración de Reeve fue, precisamente, La fiera de mi niña. En más de una ocasión Reeve reconoció que su interpretación de Clark Kent estaba basada directamente en la interpretación de Cary Grant, que a su vez estaba basada en las interpretaciones de Harold Lloyd… Personalmente, estoy deseando ver quien coge el testigo por cuarta vez. Desde luego, no ha sido Brandon Routh.

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