domingo, abril 15, 2007

Retoques (II)

Vamos a seguir con el tema de los "ajustes" en el guión, aunque la peli de hoy no admita grandes comparaciones con la de ayer. Porque poner El especialista (1995, Luis Llosa) al lado de Veredicto final es como colocar un cuesco fabadero al lado de una sinfonía. Pero, al ser una cinta hecha al servicio de una estrellona, en este caso un Sylvester Stallone todavía en auge, es lógico que pase lo que pase. Y pasó.

Esta es la primera de lo que podríamos llamar el periodo Miami de Stallone, pues en esta ciudad rodó dos películas casi seguidas: Asesinos -con un Banderas al que daban ganas de matarle, no porque su personaje fuera malo, sino porque el actor se pasaba la peli hiperventilando, diciendo todo el rato “ay ay ay ay ay” y metiendo más muecas que Jim Carrey chupando limones- y esta, donde interpreta a un experto en explosivos al que contrata una rica heredera para que la proteja de los mafiosos de Miami. Como heredera rica (en más de un sentido), estaba Sharon Stone. Y como policía corrupto, venenoso y retorcido, un actor que interpreta ese tipo de personajes casi dormido: James Woods.

No estamos descubriendo nada si decimos que, como actor, Woods se come a Stallone con patatas, pero quizás Stallone si lo descubrió cuando vio un pase privado de la película. Parece que no le bastaba con enseñar musculatura, matar a los malos y pasarse a la Stone por la idem, pues opinó que su personaje no destacaba lo suficiente. Así que exigió que se escribieran y rodaran dos escenas nuevas. En una de ellas le pega una somanta palos a James Woods cuando eran compañeros en Vietnam (o dónde sea, que tampoco importa mucho), y en la otra, les da hasta en el carné de identidad a una panda macarras que se dedican a molestar a una pobre viejecita en un autobús y, cuando se quieren dar cuenta, han cobrado la extra de verano, la de Navidad y los atrasos del convenio (en la imagen, Sylvester en la peli justo antes de empezar a repartir).

Otro día seguimos con el tema de los retoques en el guión, que da para mucho, pero la anécdota de hoy es muy ilustrativa de lo que entiende Stallone por “retocar”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Cuesco fabadero? Por favor, Vince, trabájese las "metáforas" un poco más. El tono coloquial y desenfadado está bien, pero sin instalarnos en la barra del bar del mercado.
Por cierto "Lynx", ¿qué pasó ayer con su corrector de textos? ¿Escribía usted desde su móvil? ¿Se bloqueó el teclado de su ordenador, obligándole a resumir? ¿Le dio un ataque de quinceañerismo? hagan el favor, señores...
Don Naide