Aunque no soy lo que se dice una persona creyente, tampoco me levanto cada mañana pensando en cuántos curas me voy a comer hoy. Siempre que las circunstancias lo permiten, el principio de “vive y deja vivir” me parece de muy saludable aplicación, y el de “vive y deja morir” se lo dejamos a 007. Quiero decir con esto que tampoco se me puede contar entre los oligofrénicos que en Navidad abogan por la eliminación de los belenes en las escuelas, o por sustituir a los Reyes Magos de la cabalgata por representantes de ONGs (uno y medio de ellos mujer, por aquello de las cuotas). En conjunto, me gusta pensar que trato a la Iglesia católica bastante mejor de lo que ella trata a los que piensan como yo.
Así que, una vez que he dejado las cosas claras, creo que puedo decir sin temor a confusiones: ¿Por qué narices cada Semana Santa tenemos que aguantar la misma programación cinematográfica? Ya hemos tenido Ben-Hur y Los Diez Mandamientos (creo que esta, en una versión nueva), y me temo que no tardarán mucho en aparecer Quo Vadis y, en Cine de Barrio, Currito de la Cruz (en la versión de Rafael Gil, de 1965, tan mala que da risa). Unos recursos de programación que antes, pero mucho, mucho antes, eran obligatorios, como obligatorio era ser católico practicante en este país; y donde no había demasiadas posibilidades de escape, porque el vídeo no se había inventado (bueno, inventado sí, comercializado, no) y sólo había dos cadenas de televisión… ¿Pero en 2007? ¿En un estado oficialmente laico? ¿Con seis canales nacionales, unos cuantos autonómicos y ni se sabe por la TDT? ¿Y seguimos recurriendo a las películas de siempre? Porque, vamos, si se trata de exhibir cine católico, por lo menos podrían hacerlo con obras maestras, como el Ordet de Carl Dreyer, o con versiones más actuales, como La Pasión de Cristo del amigo Mel… Pero ni eso.
Pase que cada Nochebuena no nos libremos de que en algún canal emitan Qué bello es vivir (excelente película, por otra parte), pero aquí, por favor, un poco de imaginación… Creo que gracias al DVD me voy a montar mi propia programación de Semana Santa. Con Pasolini y La vida de Brian.
martes, abril 03, 2007
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5 comentarios:
Tiene usted toda la razón, Vince. Y peor aún es el zapping entre procesiones televisadas, que únicamente son espectaculares, cuando lo son, en vivo y en directo. Yo en Semana Santa leo más, porque prefiero un buen libro que "Los Diez Mandamientos" y Cia revisitados cada año a la misma hora.
Ay, pero Don Vince, ¿y la reconfortante tradición? Yo, si no veo todos los años Ben-Hur (aunque me produce pensamientos libidinosos, más que piadosos), o los Diez Mandamientos... me daría por pensar que, quizá, tengan razón los que dicen que nos estamos cargando el planeta.
Es más, reivindico desde aquí las películas de... ejem... "Hoy es el dia, de los enamorados, tralá, tralá, trala..." con Conchita Velasco et al. para el catorce de febrero.
Y "Qué bello es vivir" y "Mujercitas" y "Canción de Navidad" de Disney en Navidad. Ah, y "Marcelino pan y vino" en cualquier fiesta de guardar. ¡Que no se me olvide! ¡Reposición de Verano Azul todos los veranos después del almuerzo!
Y dejese de novedades como "La Pasión" de Mel Gibson, que eso no es tradición. A mí deme "Los Diez Mandamientos" con su doblaje de toda la vida y sus escenas y diálogos que ya recito de memoria, y seré feliz.
Por cierto, me gusta su postura respecto a la Iglesia; la agradezco, la respeto y la valoro.
Mire, Lego, aquí tienen cabida todas las opiniones siempre y cuando se expongan con educación y respeto mínimos, faltaría más... Pero no le paso lo de "Verano Azul". ¿Qué, le parece que la han repuesto poco? ¡Pero si han pasado la cinta tantas veces que la última ya se veía en blanco y negro!
"¡Que ni el cielo la toque!"
Y no digo "más nada"
Hay una solucion facil, que vidal sassun ya dijo: leer uno o varios libros, que cada dia se editan mas y mejor, y dejar el cine y la TV por un rato.Una muy buena higiene mental. Ah, una cosa, entre tanto comecuras el que usted, Vince, no desee prender fuego a todos los belenes por Navidad ni desintegrar a las procesiones con lanzallamas, es de alabar.
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