domingo, marzo 04, 2007

Padres e hijos


En mi opinión, cuando uno no tiene tiempo de ver todo el cine que se estrena, es necesario hacerse una lista de preferencias. La mía divide las películas en tres categorías: uno, las que hay que ir a ver al cine de modo ineludible; dos, las que se repescan en DVD; y tres, las que se ven cuando las pasan por la tele, y si no se ven entonces, pues tampoco pasa nada. Ayer por la noche echaron una de las últimas, Tiempo de matar (Joel Schumacher, 1996) y me la grabé, para a lo mejor verla esta tarde.

Esta película tiene la particularidad de ser la única que, hasta el momento, ha reunido a Donald y Kiefer Sutherland, aunque padre e hijo no aparezcan nunca juntos en ninguna escena. Ya apunté aquí, hace unos meses, que una buena manera de verles trabajando juntos sería que Sutherland padre compusiera uno de sus inolvidables malos malísimos de la muerte para la próxima temporada de 24. Pero llama la atención las parejas de padres e hijos con gran potencial para el espectador que nunca se han llegado a formar, o cuando lo han hecho, ha sido tarde y mal. Por ejemplo, los Douglas: Michael y Kirk sólo han aparecido juntos en una película llamada Cosas de familia (2003), que apenas tuvo repercusión más allá de ver cuál de los dos, padre o hijo, se había hecho más estiramientos de cara. También era bastante flojita En el estanque dorado (1981), que reunió por única vez a Henry Fonda con su hija Jane; pero al menos se intentó darles un guión sólido y además estaba Katherine Hepburn…

Hubo otro momento en que los Douglas pudieron trabajar juntos. Fue cuando se habló de filmar la novela de Ken Kesey Alguien voló sobre el nido del cuco. En los años 60, Kirk Douglas había representado el papel protagonista en la versión teatral de la obra y, aunque en ese momento no tuvo éxito, estaba loco por conseguir que alguna productora se interesara por llevarla al cine.

Finalmente, en 1974 consiguió coproducirla junto con su hijo Michael, pero con una condición: no podría interpretar al protagonista, Randall McMurphy, porque ya estaba demasiado mayor. Tuvo que resignarse a dejar el papel a Jack Nicholson, y en su autobiografía deja claro que fue uno de los mayores sacrificios de su carrera profesional: “con esa cinta gané más dinero que con cualquiera en la que haya actuado, y devolvería encantado hasta el último centavo si hubiera podido interpretar ese papel”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pues resignándose a dar el papel a Jack Nicholson fue como consiguió que esa película quedara consagrada como obra maestra y que su protagonista (admito que en este caso soy una crítica algo imparcial, pues tengo pasión por ese hombre) se ganase un Oscar al mejor actor. Siendo la penúltima película que se llevó el pleno en los Oscar (Mejor película, director, actor, actriz y guión), la verdad no veo de qué arrepentirse

Vince dijo...

Bueno, Mirash, pues si considera que Nicholson ganó su primer Oscar por ese papel y que don Kirk se va a ir al otro barrio sin ninguno... que en la vida de las estrellas no todo es pasta; de eso tienen mucho. Nada como una buena inyección para el ego.