martes, enero 02, 2007

Coma en Joe's (Pesci)



Durante un reciente viaje a Estados Unidos, Robert de Niro me hace picar dos veces. La primera, desde la portada de la edición norteamericana de GQ, donde anuncian fastuosa entrevista con él; la segunda, con una biografía suya escrita por John Baxter, de quien ya he leído las dedicadas a Fellini y George Lucas. Compro ambas cosas, a ver si me cuentan algo más sobre uno de los actores de personalidad más reservada del cine reciente, pero las dos son, en cierta manera, una decepción. El artículo de GQ narra más bien la persecución que de De Niro hace el periodista para que le conceda la entrevista que le prometió en su día; aún así, merece la pena leerlo. Aquí les dejo la versión online.

En cuanto a la biografía de John Baxter, es bastante floja: 380 páginas que apenas consiguen rasgar el velo del enigma De Niro. El libro, de todos modos, sostiene dos teorías que me parecen correctas, a saber:

a) De Niro alcanzó su cenit como actor durante la década de los 70. Desde entonces, nunca ha vuelto a ofrecer interpretaciones de ese calibre. Estoy de acuerdo, pero es que la serie de papelones que enlaza en esa época me parece imposible de igualar por prácticamente ningún actor: Malas Calles; El Padrino, II Parte; Taxi Driver; El Cazador; Toro Salvaje. Desde aquí me temo que sólo se puede ir cuesta abajo.

b) De Niro está incapacitado para papeles cómicos. De acuerdo también. Aunque en los últimos años haya protagonizado dos comedías de éxito (Una terapia peligrosa y Los padres de ella), en ambas interpreta papeles serios, que sirven como contrapunto al trabajo de Billy Cristal y Ben Stiller, respectivamente. De hecho, si repasamos las dos películas, vemos que el trabajo de De Niro es básicamente el mismo en ambas.

Aparte de esto, Baxter narra el descubrimiento (o, mejor dicho, redescubrimiento) de un actor muy asociado a De Niro y Scorsese en los últimos años. Cuando estaban preparando Toro Salvaje (1980), De Niro vio en televisión una película de 1975 titulada The Death Collector, y se fijó en uno de los intérpretes secundarios. Inmediatamente pensó en él para el papel de Joey, el hermano del boxeador Jake La Motta. Pero ocurría que The Death Collector era la segunda -y última- película en la que había intervenido Joe Pesci: tras unos comienzos como actor infantil en televisión, a los que siguieron algunos papeles más que secundarios terciarios, había acabado retirándose del cine y por aquel entonces llevaba un restaurante italiano en New Jersey, sin intenciones de volver a actuar. Ni siquiera el hecho de que De Niro y Martin Scorsese se pusieran en contacto con él terminó de animarle: “No pienso volver a actuar a menos que me den un papel que demuestre que soy bueno”, les dijo. “Joey no es un gran papel, pero es un buen papel”, le contestó De Niro.

Pesci aceptó, y su interpretación le valió una nominación al Oscar como Mejor Actor Secundario y el regreso a la gran pantalla como secundario de lujo. Ganaría el Oscar diez años después, cuando repitió con De Niro y Scorsese en Uno de los nuestros.

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