jueves, diciembre 14, 2006

Películas malditas (1)

No falta demasiado para que se estrene Hollywoodland, la película que habla de la vida, y misteriosa muerte, de George Reeves, el primer actor que encarnó a Superman en la televisión. Hablaremos de la peli en su día, pero de momento, me he acordado de ella después de enterarme de que ha fallecido Peter Boyle. ¿Y qué tiene que ver una cosa con otra?

Verán, la historia de George Reeves supuso la primera piedra de lo que se llamó "la maldición de Superman", según la cual muchas de las personas relacionadas con las películas del hombre de acero han muerto trágicamente, o han pasado por serios problemas de salud. Nunca le he dado demasiada credibilidad (bueno, ninguna) a esa historia, porque me niego a creer en las maldiciones. Pero supongamos que verdaderamente hay personajes o películas gafadas, ¿Por qué no mencionamos entonces El jovencito Frankenstein (1974)?.

Peter Boyle –que se hizo muy popular por el papel del Monstruo, aunque también hay que verle en Joe ciudadano americano o en Taxi driver- ha estado entre los escasos protagonistas de la peli que han llevado posteriormente una vida sin excesivas desgracias. Repasemos algunas biografías del resto del reparto:

Gene Wilder (el doctor Fronkonstin) se convirtió en una estrella durante buena parte de la década de los 80, pero en 1989 vio morir de cáncer a su mujer, Gilda Radner. Unos años después, contrajo cáncer él mismo, y lleva luchando contra él desde entonces. Sus últimas películas fueron un fracaso. Su show de televisión apenas aguantó un par de episodios en pantalla. Lleva alrededor de diez años sin trabajar. Ah, y una de sus hijas no le dirige la palabra.

Marty Feldman (Aigor) murió a los 49 años de un ataque al corazón provocado por comer pescado en mal estado mientras rodaba una película en México. Por cierto, la única escena que le quedaba por rodar era la de la muerte de su personaje.

Madeline Kahn (Elizabeth) falleció de cáncer de ovarios en 1999.

Como porcentaje de desgracias, es bastante más alto que el de cualquier Superman (Por cierto, Anne Bancroft, mujer del director Mel Brooks, también murió de cáncer). Claro, podrán decir ustedes, pero es que aquí estamos hablando de una sola película, y en el caso de Superman la mala suerte se prolonga en el tiempo y en distintas versiones...

...Pues de eso, nada. Hay otras historias verdaderamente tortuosas ligadas a Frankenstein, suficientes como para que cualquier actor supersticioso se lo piense un par de veces antes de ponerse los zapatones y los electrodos. Pero de eso ya hablaremos otro día.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, esa mala suerte de la peli "El Jovencito...", pues como la vida misma, no parece especialmente más grave. Esperemos que el gafe de los otros Frankestein tenga más morbo, no sé, quizás que les arañen el Ferrari mientras cenan en algún restaurante lujoso, donde además les han sentado en una mesa junto a la cocina. En fin, algo realmente grave. Aunque me imagino que los dineros de ese tipo de película no daban para Ferraris ni para cenas lujosas. ¿Encontrarte pinchado el Panda al salir del Burger King?

Anónimo dijo...

Llego algo tarde, se me pasó el Paréntesis entre paréntesis, pero la coincidencia es abrumadora:
¡Yo también tuve a Malkovich viviendo en mi casa en aquella época! ¿No es increble? ¡E incluso hay algunos desconsiderados que me sacan algún parecido con Carradine!

Anónimo dijo...

Si alguien no lo hizo, pero para él.

Anónimo dijo...

Ojo, Vince, a quién apunta: colgar usted su post y morirsenos Peter Boyle fue casi simultáneo...

Vince dijo...

¿Pero que dice usted, Lynx? Esto está escrito y colgado muchas horas después de la muerte de Boyle. Incluso había salido su necrológica en El Mundo; ¿Es que quiere usted darme fama de cenizo?

Anónimo dijo...

Desgraciadamente, yo conozco a alguna familia de la que sólo uno ha sobrevivido la cáncer. No es una familia maldita, es el maldito cáncer. En "El Jovencito..." se da la fatalidad, sí, pero no más que en otros sitios. El hecho de que fueran actores famosos le da más relevancia. Ni más ni menos.

Anónimo dijo...

¿Y los festivales de cine malditos? Recuerdo que, durante una época, en el de San Sebastián se morían en meses algunos de los actores/actrices que recibían el premio honorífico a toda su carrera. Claro, que algunos eran ya mayores...
Espero que Matt Dillon goce de buena salud.