Bueno, pues vamos a acabar este monográfico sobre James Bond (cosa que habría hecho hace un par de días si contara con una conexión decente) hablando un poco del mayor despropósito relacionado con el personaje: la versión de 1967 de Casino Royale. Los que no la hayan visto no acabarán de entender por qué tiene tan mala fama; los que sí, puede que todavía estén intentando entender de qué iba aquello. Yo soy de los segundos y recuerdo habérmela tragado por primera vez hace más de veinte años en casa, en los tiempos del vídeo. Como por aquel entonces todas las cintas que tenía el videoclub de mi barrio eran piratas, incluída ésta, en un principio pensé que la copia estaba incompleta. Aquello no podía ser; seguro que faltaban escenas. No tenía pies ni cabeza.
Pero no. La culpa de que aquello no tuviera sentido ninguno no era del videoclub, sino de los responsables (es un decir) de la cinta. Como ya hemos comentado en otro post, Ian Fleming vendió los derechos de su novela por separado, de modo que Casino… no formaba parte del paquete adquirido por Eon Pictures. El comprador fue Gregory Ratoff y, tras su muerte, pasaron al productor Charles K. Feldman, que intentó sacar tajada de la fiebre Bond produciendo la película con Sean Connery como protagonista. Al no ser esto posible, decidió hacer una parodia, y no reparó en gastos. Comenzó contratando a tres guionistas: Wolf Mankowitz, John Law y Michael Sayers, que pronto se vieron reforzados por Ben Hecht, Terry Southern y Billy Wilder. Tras reírse mucho con Qué tal, Pussycat?, decidió fichar también a Peter Sellers y Woody Allen, este último como guionista además de como actor.
A la hora de empezar el rodaje, no había un director, sino cinco: John Huston, Ken Hughes, Val Guest, Robert Parrish y Joe Mc Grath, y no había exactamente un James Bond, sino tres personajes que podían responder a la descripción: David Niven, Sellers y Allen. Para cuando se comenzó a rodar, se añadieron a todo este personal dos directores más: Richard Talmadge y Anthony Squire.
Nunca hubo un guión terminado, y el rodaje estuvo plagado de problemas. Peter Sellers no se hablaba con Orson Welles, que interpretaba a Le Chiffre, porque pensaba que le robaba protagonismo: sus escenas juntos están rodadas, en su mayor parte, en plano contraplano, con los actores recitando sus líneas a un stand-in. Luego, Sellers abandonó el rodaje sin completar sus escenas, y nadie pudo obligarle a volver, así que su personaje muere repentinamente a mitad de la película. Paralelamente, Feldman iba fichando a estrellas internacionales para que hicieran breves apariciones, obligando a los guionistas a inventar nuevas escenas para justificar su presencia (sin ir más lejos, Peter O’Toole aparece vestido de escocés y tocando la gaita durante no más de diez segundos, y se limita a decir la frase: “Soy Peter O’ Toole”). David Niven no tardó en darse cuenta del berenjenal en el que se había metido, y dijo que Casino Royale sería o bien un clásico de la comedio o “la mayor cagada que se haya visto desde la última inundación”.
Fue más bien lo segundo. Por cierto, costó ocho millones de dólares, el doble que el Bond oficial de ese año, Sólo se vive dos veces, y se hundió en taquilla.
Y para terminar, una pregunta para curiosos: ¿En qué comedia española, relativamente reciente, pueden verse al principio unas escenas de este Casino Royale? Como pista sólo les diré que sale esa monada sin talento conocida como Aitana Sánchez-Gijón. Mañana dejamos a Bond. ¿Alguien ha visto ya el nuevo Casino…?
8 comentarios:
Y aquí está... ¡Me ha encantado, gracias! Que yo sepa, Lobstersquad y Le Blog ya la han visto... A ver si cuentan algo por aquí.
¡Maldición! Ahora me veré obligada a buscar el Casino Royale del 67, y si no me gusta, me pondré de mal humor y romperé algo (me he criado viendo cine americano, qué menos que un poco de histrionismo).
Si, si, he ido al estreno, ni más ni menos. La peli, un poco rollo. Craig no lo hace mal. De físico, estupendo, oyes.Y lo mejor, los títulos de crédito.
La vi con Livia y no me gustó mucho. Esperaba el glamour de las otras y no......
Felicidades por sus post por entregas sobre el universo James Bond. Se lo ha currado, oiga.
No he visto la última, pero la veré porque ya es en mí una tradición ver "la última de James Bond".
Yo hubiera apostado, en vez de por Daniel Craig, por Julian Mcmahon, el prptagonista de Nip/Tuck. Es perfecto, pero es australiano. Lazenby también lo era. Auqnue los australianos son ciudadanos británicos, para los británicos son de "segunda clase". Qué pena. Hace años vi la serie Remington Steel y ya predije que Pierce Brosnan sería el próximo James Bond. Y no me equivoqué. Esta vez me ha soprendido la elección. Pero no opino hasta ver a Craig en acción, nunca mejor dicho.
Gracias por sus felicitaciones, Cruz. Ya sabrá que otro nombre que sonó mucho es el de Hugh Jackman, que también es australiano, y con la pinta que tiene en "Scoop" la verdad es que hace pensar que no lo habría hecho mal... Por cierto, en los 70 se llegó a hablar de Burt Reynolds. ¿Se lo imagina?
¡Uff! Burt Reinolds hubiera olido todavía más a serie B con producción A que es lo que, yo creo, es la saga James Bond (aunque yo no me pierda ni una... pero sin palomitas).
Hugh Jackman: demasiado guapo y elegante. Perfecto para a atraer al público femenino...
¡Qué guapa estaba Deborah Kerr en esta pelicula!
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