miércoles, octubre 11, 2006
Tal como era (y como sigue siendo)
Ayer hablábamos de una actriz que ocasionalmente cantaba, y hoy tenemos a una cantante que, de vez en cuando, se asoma por la pantalla. Parece que Barbra Streisand vuelve por sus fueros: en el último de sus cada vez más raros conciertos en directo (tiene pavor a actuar en público), celebrado esta vez antes una reducida audiencia de millonarios y celebridades, ha mandado a la mierda (literalmente, “to fuck off”) a un espectador que protestó por los continuos ataques que la artista estaba propinando al presidente Bush entre canción y canción.
Y digo que vuelve por sus fueros porque la combinación de ego sobredimensionado y carácter insufrible de esta showwoman ha provocado a lo largo de su trayectoria como actriz, cantante y directora de cine una cantidad de conflictos suficientes para llenar un blog entero. Pero no voy a torturarles tanto, citemos solo dos: en 1975 viajó a Las Vegas para intentar convencer personalmente a Elvis Presley de que fuera su coprotagonista en la nueva versión de Ha nacido una estrella (1976), pero ni siquiera los potajes de pastillas que por entonces constituían la dieta principal de The King le dejaron tan atontado como para no sospechar que, de aceptar, Streisand le robaría todo el protagonismo. Así que dijo que no, e hizo bien: le sustituyó Kris Kristofferson, y el rodaje fue uno de los peores infiernos jamás vividos en Hollywood, lo cual es decir mucho (Streisand también usurpó el papel del director, Frank Pierson, y volvió a rodar por su cuenta algunas escenas con las que no estaba satisfecha).
Pero la cosa venía de lejos: ya durante el rodaje de Hello, Dolly! (1969) un Walter Matthau harto de aguantarla le soltó una frase antológica: “Tengo más talento en el más pequeño de mis pedos que el que tú tienes en todo tu cuerpo”. Ya se sabe que todo en el cine es cuestión de opiniones, pero si repaso las veces que me he alegrado de ver a Matthau en la pantalla, y aquellas en que he aceptado la presencia de la Streisand con resignación... qué quieren que les diga.
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3 comentarios:
Barbra ni es una actriz ni una cantante que despierte en mí ningún estímulo positivo. Más bien lo contrario. La verdad es que esta señora los tenía bien puestos. Recuerdo de ella un par de anécdotas. Dicen que en el pase de televisión de su película El Príncipe de las Mareas, en 1995, la señorita de marras se sintió molesta por el volumen tan alto que tenían los anuncios que se emitían durante la emisión. En lugar de bajar el volumen del televisor, telefoneó hecha unos zorros a la NBC para ordenar que un ingeniero solucionara el problema. En otra ocasión en 2002, la Streisand voló a Inglaterra para contratar los servicios de un reconocido horticultor, para que cuidara de su enorme jardín en Malibú. La señora le convenció y el buen hombre se desplazó hasta su casa. para Una semana después, el jardinero estaba de regreso a su dulce hogar con el escroto inflamado. Al parecer, la cantante/actriz le puso de vuelta y media después de que unas plantas murieran en un terreno donde el jardinero ya le advirtió que era yermo. El nombre hace honor a su conducta
¿El escroto inflamado?
¿Eran ortigas?
Le gustaría a la actriz demócrata y judía la exposición de fotografías del Domus Artium de Salamanca........?
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