viernes, octubre 13, 2006

Para acabar "queimados"


Ay, aquellos tiempos en los que cuando se moría un director importante ponían automáticamente una de sus películas en la televisión pública... En este aspecto las cosas han cambiado y no para mejor, así que me temo que a pesar de la muerte de Gillo Pontecorvo tenemos tantas posibilidades de ver en TVE La batalla de Argel o incluso Operación Ogro como de encontrar un cineforum en Salsa Rosa.

A mí la que me gustaría volver a ver es Queimada (Quemada, 1968), aunque no estoy seguro de que los buenos recuerdos que tengo de ella aguantaran una segunda sesión. La crítica la machacó en su día (lo cual, como con tantos otros títulos, no quiere decir nada), y se cebó especialmente con Marlon Brando, en su época previa a El Padrino, cuando parecía que meterse con él era el deporte de moda del gremio. Y la interpretación de Brando no fue nada fácil; incluso en sus peores películas, este actor siempre innovaba e intentaba hacer eso que se llama un trabajo profesional, y en este caso tuvo fuertes diferencias de opinión, por no decir otra cosa, con un Pontecorvo acostumbrado a trabajar con actores no profesionales que seguían todas sus órdenes sin rechistar. Brando tuvo que repetir alguna escena hasta cuarenta veces, y acabó trabajando con tapones en los oídos para no escuchar a su director.

Como complicación adicional, el intento de rodar algunas escenas en España se encontró con la oposición frontal del Ministerio de Información y Turismo, que amenazó con boicotear el rodaje, estreno y distribución de la película a menos que se eliminaran del guión las referencias a los españoles como colonialistas sin escrúpulos. La United Artists accedió, y por eso los villanos de esta historia de rebeliones coloniales son portugueses, aunque ello supuso alterar los hechos reales más allá de lo medianamente razonable. Por cierto, el responsable de esta acción censora fue el entonces Ministro de Información de Turismo, Manuel Fraga Iribarne.

Y, ya que nos hemos metido en política, un último detalle: al marxista Gillo Pontecorvo no pareció importarle un pimiento que los actores negros de su película cobraran la mitad que los blancos (otro motivo de tensión entre él y Brando) mientras que, muchos años antes, el facha de John Ford había resuelto una cuestión similar exigiendo que en sus películas blancos y pieles rojas percibieran el mismo salario. Pero unos cardan la lana y otros llevan la fama, o algo así.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Vince: gazapo de Queimada : sale la bandera portuguesa de color rojo y verde, cuando en la fecha de supuesto acontecimiento de los hechos, la bandera portuguesa era la monarquica (azul y blanca).....

Vince dijo...

Eso sí que es hilar fino, filo; no deje de venir por aquí, porque los gazapos históricos van a dar mucho juego en este blog.

LE BLOG dijo...

Flipo con los cinéfilos....efectivamente, eso es prestar atención al detalle, y lo demás es tontería.

El podenco dijo...

¡¡Me ha encantado este post!!