sábado, octubre 21, 2006
Fino olfato (2)
Hablábamos el otro día del no muy afortunado productor español que, al recibir en su oficina a un actor desconocido llamado Dustin Hoffman, le recomendó que con esa cara intentara dedicarse a algo que no fuera el cine. Pero este no fue un caso aislado, ni mucho menos. Vamos a repasar hoy algunas de las conclusiones a que llegaron determinados magnates de Hollywood tras ver las pruebas de pantallas de algunos aspirantes a estrellas:
“No sabe actuar. Ligeramente calvo. Baila un poco” fue la sucinta descripción con la que recibieron en los estudios a un bailarín llamado Fred Astaire. “Tienes un diente mellado, tu nuez sobresale demasiado y hablas muy despacio”, le dijo un ejecutivo de los estudios Universal a un joven Clint Eastwood (inconvenientes que no impidieron que esta estrella se haya mantenido más que ninguna otra en las listas de los nombres más poderosos de Hollywood). Por su parte, el magnate Louis B. Mayer resumió eficazmente pros y contras después de ver a Ava Gardner: “No sabe hablar. No sabe actuar. Es impresionante”.
“¿Cómo se te ha ocurrido tirar a la basura quinientos dólares en una prueba para este mono?”, le gritó Jack Warner al director Mervin Le Roy tras contemplar el test efectuado a Clark Gable. No fue el único poder fáctico del Hollywood clásico que consideraba carente de atractivo a la futura estrella de Lo que el viento se llevó: “¡Por favor, mirad esas orejas, son como de murciélago!”, exclamó el brillante y joven productor Irving Thalberg. Y Peter Falk, el que luego sería mundialmente famoso como teniente Colombo, no recibió demasiados estímulos en sus comienzos cuando el tiránico jefe de Columbia, Harry Cohn, se enteró de que tenía un ojo de cristal. “Por el mismo precio, puedo contratar a un actor con dos ojos”.
De todos modos, no todo van a ser equivocaciones, y uno de los vaticinios para mi gusto más acertados fue el del director de la primera prueba de pantalla efectuada a un jovencísimo Jack Nicholson: “No tengo muy claro para qué podríamos utilizarle a usted. Pero si algún día le necesitamos, vamos a necesitarle desesperadamente”.
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