jueves, junio 05, 2008

Tecnofallejos

Bueno, vaya día, señores. Tecleando, escribiendo, pasando entrevistas, todo para intentar cumplir con unas entregas que tengo que hacer sin falta la semana que viene. Y eso después de haber dormido peor que un pavo escuchando una zambomba, como decimos en mi tierra. Las letras me están bailando la lambada en la pantalla y, Dios mío, no me siento los dedos; o sea, que estoy del ordenador hasta donde ustedes se están imaginando. El izquierdo y el derecho.

Así que ¿qué meto hoy en el blog? Pues algo sobre ordenadores, hombre, que a fin de cuentas es el cacharro ante el que me paso más tiempo cada día. La gran pregunta es por qué, tras tirarnos horas currando con este trasto, decidimos después relajarnos buscando cosas en Internet. Si es que no tenemos remedio… pero el otro día, cuando preparaba la entrada de los popbusters, me di una vuelta por la página Web de Empire (mucho mejor que la de su competidora, Total Film, que como revista es también estupenda, pero su versión online necesita un lifting como el comer), y me encontré con un artículo en el blog de la publicación donde el periodista James Dyer toca un asunto de lo más sensible y que nos suena a todos: las diferencias entre cine y realidad… pero concentradas en la tecnología.

La revolución digital que lleva entre nosotros ya casi quince años ha llenado nuestra vida de cacharros y prácticas que hace no demasiado tiempo no existían. Y, lógicamente, el cine no ha tardado en llevar esas innovaciones a las pantallas. El problema es que lo haya hecho tan mal. Dyers saca a la luz algunos de los fallos más gordos que suele cometer Hollywood cuando mete la informática en una película, y luego los lectores de su blog, que comentan mucho (ejem), han añadido una buena ristra. Aquí les dejo un resumen de los que más me han gustado:

Videoreparación. Cualquier grabación en VHS (o, últimamente, con la cámara de un móvil) borrosa, con mal sonido y una imagen con más granos que una paella será milagrosamente restaurada tras pasar por las manos de un brillante técnico, hasta que podamos leer la matrícula de un coche grabado a, mínimo, dos kilómetros de distancia.

Ordenadores cantarines. Frente al bendito silencio de un PC de la vida real, todos los ordenatas de las pelis suenan como R2D2 pasado de anfetas en cuanto el protagonista intenta hacer algo tan sencillo como copiar un archivo o abrir una página Web. Por cierto, ¿quieren sonar como R2D2 pasado de anfetas? Pinchen aquí.

Programas que no fallan. ¿Alguien ha visto alguna vez una película donde un ordenador se cuelgue en medio de alguna operación? La palabra “reiniciar” todavía está por escribirse en un guión.

Dedos rápidos. Todos los hackers de las películas realizan sus hazañas machacando el QWERTY sin parar, a lo Jerry Lee Lewis. Teclado, enter, teclado, enter, teclado, teclado, teclado, enter, enter, enter… ¡Por Dios, genios de la informática, que hay una cosa que se llama ratón!

El cartero SIEMPRE incordia las veces que hagan falta. Cuando entra un correo electrónico en una película, siempre indica que ha llegado con la imagen de un sobrecito que aparece flotando en la pantalla del PC; como ha apuntado uno de los lectores, eso una vez puede tener gracia, pero a media mañana ya has incrustado la pata de una silla en el monitor.

El ordenador abrefácil. Si me da por cerrar ahora la pantalla de mi portátil, cuando vuelva a abrirlo tendré que esperar un rato hasta que vuelva la imagen. Pero en las películas, cuando alguien hace eso, tiene la pantalla iluminada en 1/10 segundo… con ruiditos incluídos, por cierto.

Y lo de Independence Day, cuando se cargan toda la flota alienígena metiéndoles un virus informático (con un Mac, nada menos), casi mejor lo dejamos. Una cosa (que ya es difícil de tragarse) es que la informática de los aliens fuera compatible con la de Steve Jobs (a ver si va a ser que no es de este mundo…), ¡Pero ya cuesta creerse que no supieran lo que es un firewall!

5 comentarios:

Paco Fox dijo...

Lo peor no son todos esos fallos (a los que podría añadirse esos interfaces que parecen diseñados por Playskool). Lo malo es que sentarse delante de un ordenata a hackear cosas es una cosa muy anticinematográfica. Recuerdo con vergüenza ajena las escenas de Hugh Jackman intentando hacernos ver que lo que está haciendo (sin ratón, claro) es lo más emocionante del mundo. Un tío escribiendo en un teclado. Amos, hombre.

Mercutio dijo...

Ejem. No estoy de acuerdo con un punto. ¿Por qué levantar las manos del teclado para usar el ratón cuando TODO se puede hacer con las muñecas apalancadas en su sitio?

El ratón es una herramienta ideal para el diseño gráfico. Y punto. Cualquier informático que se precie, y no sólo un hacker, debe conocer todos los atajos de teclado de los programas y sistemas operativos que utilice. Porelamordedios.

Para no resultar sólo negativo: en Matrix Reloaded se ven imágenes de un hackeo real(ista), con una herramienta de hack real, Nmap, mediante un protocolo real, SSH; o sea: sin muñequitos, paisajes 3d, voces de tía dándote la bienvenida ni mariconadas que comen recursos.

Es la única película que conozco en la que sucede algo medianamente real en un ordenador. El resto de la peli es una ñorda, pero este momento geek es todo un homenaje:

http://nmap.org/images/matrix/nmap_matrix5.png

Pantalla verde, línea de comandos. Eso es informática.

Mi sistema operativo ideal sería uno que tuviera una interfaz gráfica bien diseñada, que resultase fácil de instalar y usar, pero que incluyera ventanas de terminal desde las que pudiera regresar a la interfaz de línea de comandos, y ejecutar software GNU, cuando tuviera que hacerlo.

Palabra de Neal Stephenson.

Salud.

Anónimo dijo...

¿Y que me decís de la sorprendente habilidad de cualquier porta de peli (habilidad que se incrementa si tiene una edad entre cinco y nueve años) para abrise paso a tavés de cualquier barrera de seguridad? Como mucho la contraseña del malo se les resiste dos intentos, según sea su fecha de cumpleaños o el nombre de su mamá. Y por supuesto jamás se confunden con las mayúsculas, eso siempre les sale a la primera.

Por no hablar de las habilidades de algunos ordenadores, como el triste pc 186 de "Sueños eléctricos" que, menos intentar dominar el mundo, lo hacía todo gracias a un baño de cahmpán (a mí me derramaron uno de sidra el Gaitero sobre un mac y sólo se quemó, y eso que era un mac; quizás de haber sido Veuve clicot…) o el del niñato asesinable de "Juegos de guerra" que es capaz de interactuar en tiempo real con una máquina que hace parecer a Hal un pisapapeles.

Anónimo dijo...

la asombrosa suerte que tiene Sandra Bullok en "La red", cuando huye a la desesperada de los malosos que tratan de dominar el mundo a traves de internet pero ¡oh, fortuna! cada dos pasos se encuantra un mac y puede ir contraatacando hasta que al final les cuela un virus que (por supuesto) ha descubierto en su trabajo de hacker y los malos se desintegran (o algo así, porque si la iban a liquidar al viejo modo analógico no sé porqué iban a pararse sólo porque haya un virus en la red)

Otro punto curioso es el glamour del hacker en el cine. Los que vemos en "La red", "Matrix" y otras pelis protagonizadas por individuos de esa calaña son todos altos, guapos, elegantes, ágiles y rápidos de reflejos. En cambio cada vez que vemos que la poli ha detenido a uno de esos mamarrachos por soltar virus o algo así suelen ser obesos mórbidos de 40 años, cubiertos de granos, con la piel de un blanco enfermizo, gafas de culo de vaso y en general se los están llevando de casa de sus papás porque siguen viviendo de la sopa boba.

Claro que también los fanáticos de StarWars y Star Trek suelen parecerse más a Jabba que a Harrison Ford ¿Habrá alguna relación?

Anónimo dijo...

Oye, Vince, ¿no irás a dejar de actualizar, no?
No me des disgustos