sábado, diciembre 08, 2007

Quiero ese pavo, y lo quiero ya

Hace algunos años, cuando uno era un periodista considerado, la Navidad era otra cosa; cada diciembre me llevaba a casa una generosa ración de cohechos que casi todos los días del mes se depositaban diligentemente sobre mi mesa. No se crean que estaba solo en esto, por cierto: estas fechas tan señaladas son definitivas para que los chicos de la prensa saquemos a plena luz nuestra vena de gorrones. Hace un tiempo, un amigo que entró a trabajar en cierto diario acentuado y global, me lo comentaba:

- Es acojonante, tío. En el periódico hay una reglamentación que impide aceptar regalos en la redacción por un importe superior a veinte euros. Pero llega la Navidad y es que el parking se llena de jamones, cajas de vino, lotes de Navidad y yo qué sé qué más.

- Tú lo has dicho, chaval.- Expliqué yo. - La reglamentación impide aceptar regalos superiores a veinte euros en la redacción. No dice nada del parking.

Les contaba todo esto porque, entre tanta caja de vino, libro ilustrado, edición especial de DVD o teléfono móvil, para mí la Navidad no empezaba hasta que llegaba el calendario. Este calendario me lo enviaba la empresa donde empecé mi carrera periodística, y desde que cambié de aires sus sucesivas ediciones han estado colgadas en mi casa, año tras año. Para mí es mucho más que algo para consultar los puentes. Tiene lazos con el pasado, con mis comienzos, con amigos que aún conservo. Una vez se lo dije al remitente: el día que me falte el calendario, me hundes.

Bueno, pues este año no me ha llegado. Misterio. Olvido, traspapeleo, descuido o algo así, parece que voy a tener que afrontar 2008 con otros aires. ¿No me puedo comprar otro calendario? Claro, y además, en el chino de la esquina me regalan uno cada vez que pido el menú del día. Pero a veces, como se suele decir, no es por el dinero, es por el detalle. Y si no, veamos el caso de Clint Eastwood.

¿Cuánto dinero tiene Clint Eastwood? Es difícil de saber, porque los contratos de sus películas incluyen muchas veces su función como director, productor, actor y últimamente, compositor, todo en un lote. Pero cabe suponer que es perfectamente capaz de comprarse un pavo sin que su economía sufra en exceso. El caso es que la Warner, la productora que ha respaldado la mayoría de sus películas, tenía la costumbre de enviar como regalo de Navidad un pavo a sus colaboradores más destacados. Clint, lógicamente, entre ellos. Y, según cuenta Patrick McGilligan en su biografía no autorizada de la estrella, los días anteriores al envío, en las oficinas de Malpaso el actor y director se dedicaba a dar la brasa a sus secretarias mañana, tarde y noche: “¿No ha llegado el pavo todavía?”. Cuando llegaba, se lo enviaban a su madre, se supone que para la cena de Navidad.

Un año las cosas se complicaron, y estaba claro que el pavo no iba a llegar a tiempo. En lugar de decírselo a su jefe, la secretaria de Clint habló directamente con la Warner. La solución fue enviar a un ejecutivo con el pavo, en vuelo regular. Y, para asegurarse de que el bicho llegaba bien, no viajó en el compartimiento de carga, sino en un asiento, al lado del ejecutivo en cuestión. Y en primera clase, además.

No me digan que, cuando Eastwood le hincara por fin el diente, el pavo no tuvo que saberle un poco a victoria.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Auténtico el Clint

Lynx dijo...

Vince, no se ponga sombrío-navideño: SU calendario lleva días apoyado en la mesa que usted sabe de SU redacción, esperando in vain que tenga a bien pasar a recogerlo personalmente. Coño.

Vince dijo...

Coño, Lynx, no me diga que usted trabaja ahí...

Vidal Sassun dijo...

Muy bueno, Vince. El mensaje ha llegado a quien corresponde y este año no se queda sin calendario. Que lo disfrute, usted que puede.

Unknown dijo...

Hola, Vince, soy la Vieja.
Clint siempre ha sido mi ideal de hombre. Todo lo que él haga me parece bien.

Anónimo dijo...

En qué quedamos, Vince ¿La victoria no olía a Napalm? Malamente sabrá a pavo (aunque debo reconocer que el pavo al napalm fundiría dos bellas tradiciones estadounidenses)

Anónimo dijo...

Detalles como el del pavo (me refiero al animal) pueden hacer que un pavo (me refiero al Clint) deje plantada a una productora...