A raíz de la última entrada del blog, donde expresé mi convicción de que el finado Jose Luis de Vilallonga ha sido, dicho sea con todo el respeto, un actor verdaderamente nefasto, me preguntaba si hay otros casos donde pueda darse tanta unanimidad sobre la falta de talento. Y es que actores malos, malos de verdad, hay muy pocos. En este sentido, cuando la semana pasada leí la crítica que Javier Ocaña escribía sobre La carta esférica, de Imanol Uribe, me llevé una sorpresa al ver cómo decía sin cortarse un pelo que Aitana Sánchez-Gijón “nunca había mostrado tan claramente sus limitaciones interpretativas”. Hombre, ya era hora. Parece que esta chica ha gozado durante años del bulo de la crítica para pasearse por las cintas demostrando una incapacidad total. Y lo curioso del asunto es que, sin ir más lejos, cada vez que he hablado de ella en este blog me he encontrado con que no soy, ni de lejos, el único que piensa así.
En otras ocasiones las cosas no están tan claras. Hay actores excelentes con interpretaciones nefastas. Pienso, por ejemplo, en Jose Luis Gómez, uno de nuestros grandes talentos,que en Beltenebros (1991) de Pilar Miró exhibía un festival de muecas que no lo superaban ni Jim Carrey y Robin Williams juntos. Y luego hay actores que, por mucho que se esfuercen, no conseguirán jamás convencer a la totalidad de los críticos. En este sentido, uno de los libros imprescindibles para cualquier aficionado español al séptimo arte es la Guía del Video-Cine, de Carlos Aguilar donde, a la manera de la mítica Halliwell’s Film Guide, recoge fichas y crítica de todas las películas, españolas y extranjeras, estrenadas en nuestro país. Pero hay un problemilla… el amigo Carlos no aguanta a Paul Newman, y por tanto no desperdicia ocasión de darle alguna colleja que otra en las reseñas, por breves que sean, de las películas protagonizadas por él.
Y luego están los que lo tienen claro y lo asumen. Por si alguien no lo reconoce, el actor de la fotografía es Victor Mature, que en los años 40 y 50 protagonizó numerosas películas en Hollywood, entre ellas alguna obra maestra como Pasión de los fuertes (My Darling Clementine, 1946) de John Ford, o El beso de la muerte (Kiss of Death, 1947) de Robert Aldrich, aunque se le recuerde, sobre todo, por el taquillazo Sansón y Dalila (1949), de Cecil B. de Mille. A pesar de ello, durante toda su carrera tuvo que aguantar las pullas de los críticos un día sí y otro también. (Terenci Moix recordaba que entre los aficionados españoles en los años 50, se solía decir “eres más pasmarote que Victor Mature”). No pareció importarle mucho, y es bien conocida la anécdota de los impedimentos que sufrió cuando intentó hacerse socio de un exclusivo club de golf de Beverly Hills. “Lo siento”, le dijeron, “pero aquí no aceptamos actores”. A lo que él contesto. “Pero yo no soy actor. ¡Y tengo setenta y seis películas que lo dejan bien claro!”.
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12 comentarios:
Parece que ya es oficial la ausencia absoluta de talento de Aitana. Ya era hora. ¿Y Ana Belén, actriz impostada y artificiosa como pocas pero, al parecer, con un cheque en blanco entre la crítica?
A mí Aitana ni me va ni me viene. las he visto peores, pero tampoco es que sea la mujer una Katharine Hepburn a la española. Quien me parece que está muy sobrevalorada es Penélope Cruz. No es mala, de acuerdo, pero prefiero a Blanca Portillo, Pilar López de Ayala, Carmen Maura... Ellas y otras muchas la superan con creces, aunque claro, puede que sólo sea mi opinión.
En el libro seminal del cine malo 'The Golden Turkey Awards' (1979), Victor Mature perdía en el concurso de peor estrella (porque actores del montón malos SÍ que hay legiones) frente a Richard Burton. En general, Mature era peor, pero Burton se llevaba el voto del tirón de orejas, pues era, de todos los actores muy solventes de su época, el que, sea por desidia, sea por el whisky, había dado el mayor número de interpretaciones abominables.
La Guía del Video Cine es uno de mis libros humorísticos de cabecera. Como guía de referencia no sirve ni de lejos: el Aguilar no tiene criterio y se guía por fobias absurdas (Newman, cualquier película de aventuras y acción de los 80), filias delirantes (Loas a su amigo Jesús Franco) y erotismos de naftalina (de cualquier película de serie B irrelevante sólo merece comentario 'la turbadora belleza de (fill in the black)').
Sin embargo, el tipo tiene mucha gracia, y algunas de sus reseñas me las sé de memoria. En serio. Una vez tuve un ayudante que me preguntaba por algunas de las más graciosas y yo se las repetía verbatim. Dios mío: cuánto espacio cerebral y tiempo perdido...
Hombre, Paco, es cierto que los criterios del Aguilar son muy discutibles (como los de todo el mundo; la cuestión sería si una guía de referencia es el mejor sitio para desahogar las propias manías), pero su libro sigue siendo la mejor guía sobre películas editada en España. La recuerdo que también a Leslie Halliwell le cayeron críticas por sus fobias al cine moderno.
Por lo demás, yo esperaba algo más de entusiasmo a la hora de hablar de actores malos. De acuerdo con Vidal en Ana Belén, no de acuerdo con Mirash en Penélope Cruz. Si quieren alguna fobia mía, durante mucho tiempo no soporté a Robert Mitchum, aunque desde hace unos años estoy empezando a apreciarlo (aunque no siempre).
VINCE: a Robert Mitchum le perdono todo tan sólo por su papel de maestro pusilánime en "La hija de Ryan", una de mis pelis favoritas dell gran (para mí) David Lean.
En cuanto a Penélope, ha tenido la suerte de arrimarse a quien debía en el momento oportuno, porque la chica, como actriz, no es gran cosa. A mí me fascina Marta Etura. Me parece impecable y, a veces, genial. Por supuesto, entre las buenas actrices de por aquí nunca me olvido de Maribel Verdú, estupenda siempre.
Maribel Verdú es impresionante, desde luego, y también me gusta mucho Emma Suárez.
Y David Lean es grande para usted, Vidal, y para cualquier al que el cine le guste mínimamente.
De acuerdo ahsta la médula acerca de Maribel Verdú. ¡Olvidé mencionarla en un principio! Lo que si que no olvido es como me llegó al alma con su interpretación en 'El laberinto del fauno'...
Señor Vince, sabía que no estaría conmigo sobre Pe (al igual que la mayor parte de la gente que conozco). He de admitir que en la escena de 'Volver' en la que se le saltan las lágrimas cantando está magnífica. Pero, como ya dije, no es que sea mala, es que está sobrevalorada.
MIRASH: Penélope es tan mediocre como actriz que ni siquiera canta ella misma en "Volver". La dobla Estrella Morente.
Vidal, sabía que no era ella la que cantaba (como que su voz y la de Estrella Morente se parecen como un huevo a una castaña), pero el caso es que la chica consiguió que una escena que era difícil no lo pareciera. Ahí está el mérito. Pero sigo creyendo que está sobrevalorada gracias a su suerte(y sí, a mí también me encanta Marta Etura, sobre todo en 'La vida que te espera').
Gracias por recordarme la existencia de ese libro, la verdad es que el tipo se lo ha currao. Soy mas aficcionado al teatro, donde os invito a calibrar también la calidad de los actores, es otro medio, y es curioso como grandes actores de teatro como, mencionais, Jose Luis Gómez, o Carlos Hipólito no tienen demasiada fortuna con el cine (bueno, el primero en La Estanquera de Vallecas no estaba mal). De cualquier modo creo que a veces nos precipitamos diciendo que un actor-artista es malo, es difícil conocer todo el trabajo, es un oficio, un aprendizaje y no olvidemos que hay varios medios para el actor (cine, teatro, televisión). Gracias por el blog y la mención del libro
Para mí, Robert Mitchum es lo más de lo más. Y Carlos Aguilar uno de mis ídolos culturales. Hablando de actores, él ha publicado varios libros del tema, tanto en general como particulares. Y el homenaje que les hace en su novela Nueve colores sangra la luna a dos actores que reconoce amigos suyos, John Phillip Law y Dan Van Husen, es único en la historia de la literatura.
Estoy con Miguel en su admiración por Carlos Aguilar. Lo que ha hecho él por el cine no lo ha hecho nadie. Y si tiene gustos especiales, es porque tiene personalidad. Me encantaría conocerlo, pero también me da vergüenza!
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