martes, abril 17, 2007

Besos y fanatismo

¿Recuerdan aquella última, prodigiosa escena de Cinema Paradiso? El protagonista descubre que su amigo, el proyeccionista del cine del pueblo -¡ese Philippe Noiret!-, le ha dejado en herencia un rollo de película donde ha ido juntando todas las escenas de besos que, a lo largo de la historia de la sala, la censura eclesiástica había ido eliminando de las películas…

Me ha venido ese final a la memoria a raíz del follón que se ha montado en la India como consecuencia del efusivo beso que Richard Gere propinó a la actriz Shilpa Shetty, oriunda de ese país y ganadora de la versión británica de Gran Hermano. Las protestas se han sucedido por todo el país, al parecer con quema de fotos del actor incluída. El ex de Cindy Crawford no debía estar muy enterado de que en la India las muestras excesivas de afecto en público son consideradas casi pornográficas; y de que en el cine de Bollywood -la India es el principal productor de películas del mundo- los besos en la pantalla son excepcionales, por no decir que, directamente, no son.

Es curioso este tema de los besos. Se dice que muchos aprendimos a besar con el cine, pero podría decirse que el cine más bien nos enseñó a besar con glamour; antes de que empezáramos a ver las lenguas pasearse por las bocas de los actores, Clark Gable mostraba lo que es un beso de los que dejan sin aliento en aquel famoso primer plano de Lo que el viento se llevó… El problema era que, aunque aquí la censura no cortara todos los besos, este tipo de escenas bastaban para que la película fuera calificada no sólo para mayores de 18 años, sino encima con el agravante de “gravemente peligrosa”. Si el cine era la escuela de los besos, a los niños de antes nos costaba ir a clase teórica; casi el único profesor que se nos permitía era Walt Disney, y en sus películas no se besaba; más bien, se torturaba.

Pero no crean que el de Gere es el único caso en que religión (¿o fanatismo?) y besos producen una mala combinación: el musical de la fotografía provocó también numerosas protestas en ciertos países cuando fue estrenado, y ustedes se dirán: ¿Pero qué hay de escandaloso en Funny Girl (1968)?. Sencillamente: que Omar Sharif es árabe. Y Barbra Streisand, judía. Y verles besándose en pantalla fue suficiente para que algunos quisieran quemar el cine, y para que ambos actores recibieran amenazas de muerte.

Para quitarnos el mal sabor de boca, aquí les dejo una pequeña lista de besos. Se admiten sugerencias.

3 comentarios:

Lego y Pulgón dijo...

¡Besos!
Pues mi favorito es el de Maureen O'Hara y John Wayne sin banda sonora, con el ruido de la tormenta de fondo y la puerta sacudida por el viento. "El Hombre Tranquilo", una de mis Cinco (sí, no soy muy profunda, qué se le va a hacer)

Anónimo dijo...

Buen beso, Lego, para usted ese y para mí el de Gregory Peck y Audrey Hepburn en "Vacaciones en Roma". Será por profundidades, jeje... Paulova.

Anónimo dijo...

Un permisito, ¿eh?, aunque va de besos cinematográficos (a mi me sigue pareciendo el top el de Clark Gable en "Lo que el viento..."), algunas creencias, y no las nombro, terminan por convencer a los no creyentes que lo mejor es seguir no creyendo en nada. Y conste que estoy bien lejos de ser comecuras.