Cuando se habla de los actores que han interpretado a Bond, hay una cierta tendencia a menospreciar el trabajo de George Lazenby y Tymothy Dalton que, con una y dos ocasiones respectivamente, son los que menos veces han encarnado a 007. Suele decirse también que son los que peor lo han hecho. No estoy de acuerdo. Aprovechando que MGM ha lanzado nuevos DVDs con excelentes ediciones de toda la serie, yo aprovecharía para repasar Al servicio secreto de su majestad (1967), y 007, Alta tensión (1987), que considero superiores a bastantes Moores e incluso a algún Connery. Dalton fue contratado como Bond como sustituto de Pierce Brosnan, que todavía estaba comprometido con la serie televisiva Remington Steele. Actor de una sólida formación teatral, incorporó al personaje una mezcla de rudeza y humanidad que llevábamos años sin ver, con tanto levantamiento de ceja como habíamos sufrido. Pero su segunda película, 007 licencia para matar, tuvo unos resultados de taquilla tan bajos (¿Qué hacía Bond combatiendo a un señor de la droga, como si fuera Don Johnson?) que obligaron a los productores a hacer un parón y replantearse toda la serie. Cuando comenzaron Goldeneye, Dalton no tenía demasiadas ganas de repetir, y Brosnan estaba disponible.
Más sangrante es el caso de George Lazenby. Este modelo australiano no tenía ninguna experiencia como actor, cuando su nombre comenzó a considerarse para sustituir a Sean Connery, nada menos. Con la idea de encajar en la imagen, antes de ser recibido por los productores Broccoli y Saltzman se hizo confeccionar un traje por el sastre de Connery, y luego fue a una exclusiva barbería de Londres para que le hicieran el mismo corte de pelo. Por una de esas casualidades de la vida, en la silla de al lado estaba Albert C. Broccoli. Cuando Lazenby se fue, comentó con el barbero: “Ese tipo sería un buen James Bond”. Pocas horas después, se lo encontró en sus oficinas.
El problema que tuvo Lazenby es que le tocó la película más difícil: Al Servicio Secreto de Su Majestad sigue fielmente la novela de Fleming, incluyendo la boda de Bond al final, y el posterior asesinato de su mujer. Y muchos espectadores no dejaron de añorar a Connery en un momento tan trascendental. Con todo, funcionó bien en taquilla, y Lazenby fue invitado a repetir el papel. Su agente le recomendó que no lo hiciera, porque Bond, le dijo, era un personaje sin futuro. Lo peor es que le hizo caso.
Toda la carrera posterior de Lazenby se redujo prácticamente a hacer imitaciones de James Bond en películas de cuarta y series de televisión. Si todavía conservaba su licencia para matar… debería haberla usado en su agente.
miércoles, noviembre 22, 2006
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4 comentarios:
¡Pobre Lazenby! Que pésimo "ojo clínico". No sabía la historia.
A mí siempre me ha gustado Dalton como Bond; más que Moore, al que encuentro algo blandito, desde luego. El otro pobre me da mucha pena... ¡Qué lástima!
Paulova, ¡ar favó! Con mi Moore no se metái.
Jejejeje... Esperaba su reacción, Le Blog...
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