Con las elecciones americanas todavía calentitas, hay una cuestión que me gustaría plantear. Se me ocurrió el sábado pasado –pero he tenido mucho lío y no he podido sentarme al teclado hasta hoy- cuando padecí, digo, escuché, a Juan Tejero hablando con Montserrat Dominguez sobre cine y presidentes americanos en
A vivir que son dos días. Tras media hora de rollo -
aquí tienen el audio, que no se diga que me invento cosas-, llegué a una conclusión: en la SER pagan a sus colaboradores por tópicos.
Veamos: a la hora de recordar películas con el presidente de Estados Unidos, presentadora y, ejem, experto, parecían decantarse casi exclusivamente por lo facilón y pachangero oh yeah, es decir, cosillas como:
Deep Impact (1998. Presidente: Morgan Freeman),
Independence Day (1996. Presidente: Bill Pullman),
Mars Attacks (1996. Presidente: Jack Nicholson),
Air Force One (1997. Presidente: Harrison Ford)
Dave, presidente por un día (1993. Presidente: Kevin Kline),
¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú (1964. Presidente: Peter Sellers), por supuesto teniendo los dos bien a mano el (esto léase con acento de doblador portorriqueño):
¡Manual del Crítico de Cine Enrollado marca ACME!.
A saber:
Independence Day es una película mala, no porque sea mala, que sí que es mala (¿me siguen?), sino por ser patriotiera, militarista y pro yanqui. Vaaaaale. Por el contrario,
Mars Attacks es buena, no porque sea buena, que sí que es buena (no se pierden ¿no?) sino por ser una sátira que ataca ferozmente a la sociedad estadounidense. Dios santo, qué bostezos a esas horas de la mañana. Y, por supuesto,
¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú debe ser calificada sin pestañeos como obra maestra, aunque cada vez seamos más los que pensamos que –como buena parte de la filmografía de Kubrick- los años le han sentado peor que a Massiel…
En fin; por lo menos tuvieron el buen sentido de acordarse de
Punto Límite (
Fail Safe, 1964. Presidente: Henry Fonda) con una trama muy similar a
¿Teléfono Rojo?, sólo que aquí en serio, filmada en el mismo año y también producida por Columbia. En cambio, ni una palabra sobre cintas tan estimulantes como
Siete Días de Mayo (1964. Presidente: Fredric March) de John Frankenheimer (¡
Cuántas películas maravillosas hizo este hombre, y qué poco se le recuerda hoy!),
Nixon (1995. Presidente: Anthony Hopkins),
Primary Colors (1998. Presidente: John Travolta), o algunas donde el presidente de Estados Unidos no sale en persona, pero es el detonante de toda la trama, como
La cortina de humo (
Wag the Dog, 1997) y una obra maestra absoluta:
Todos los hombres del presidente (
All the president’s men, 1976).
Pero lo divertido fue lo de la raza. Hablando de
Deep Impact, una de las primeras películas en presentar a un presidente negro, se comentó que Steven Spielberg (que, por cierto, no fue el director de la película, sino solo su productor) sólo podía concebir un presidente negro en una cinta de ciencia-ficción… aquí, para variar, discrepo. Mi teoría personal es que el cine se adelantó a la realidad.
Deep Impact se rodó hace sólo diez años, en 1998, y es más que probable que se pensara que la sociedad yanqui ya estaba preparada para ver a un presidente negro… aunque fuera en el cine. En los años posteriores, la serie
24 nos ha ofrecido no a uno, sino a dos presidentes negros (vale, eran hermanos, pero de todos modos… y
en la nueva temporada el presidente es una mujer) y poco a poco, la imagen de un negro en el Despacho Oval ha dejado de resultarnos extraña. Desde hace unas horas, ya es una realidad. ¿Es posible que el cine haya tenido algo que ver?